Una hora con seis delincuentes, la odisea de una familia de Villa Elisa

Le robaron unos siete mil pesos y una camioneta. Fue anteanoche en 28 entre 413 y 414

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Una banda de seis delincuentes sometió a una familia a una pesadilla de una hora de violencia e incertidumbre. Todo pasó en un barrio de Villa Elisa, y en el marco de un reclamo generalizado por la seguridad en esa localidad.

Eran las 22 del sábado cuando un hombre de 55 años abría el portón de su casa para guardar la camioneta. Volvía con su pareja, de 50, después de hacer unas compras. Adentro estaban los hijos de ella, dos chicas de 14 y 17 años, más un nene de cuatro.

Esas cinco víctimas quedaron a merced de una banda de seis sujetos violentos. Ellos coincidieron en pasar con un auto por 28 entre 413 y 414, una cuadra que, aunque cercana al cruce de Arana y camino Belgrano, tiene poco tránsito.

Entonces fue fácil para los ladrones bajarse e ir a reducir al hombre a punta de pistola. Para dejar en claro que estaban dispuestos a todo, comenzaron a pegarle con mucha saña varios culatazos en la cabeza, que lo dejaron herido.

“¡Cierren las puertas!”, alcanzó a gritarles la mujer a sus hijos. Las adolescentes oyeron y alcanzaron a llamar al 911, previendo el robo. Pero el llamado no sirvió: la operadora “no entendió la dirección” que le daban desde el domicilio, según dijo una de ellas.

Los delincuentes forzaron el portón de entrada y llevaron a la pareja al interior de la casa. Por lo menos cuatro de ellos se dedicaron a cometer el robo. Sin que las víctimas los hayan visto, se presume que los otros dos permanecieron en la calle, controlando que la situación no se les desbandara.

Para el hombre de 55 años siguieron los golpes. “Le pegaron por todos lados”, aseguraron las jóvenes, durante una entrevista con este medio.

Una hora duró el calvario para la familia, que fue reunida por la fuerza en una habitación. Conseguir plata era la obsesión de los ladrones, y a eso dedicaron buena parte del asalto.

Después de buscar, encontraron el lugar donde las víctimas guardaban alrededor de siete mil pesos. También les robaron una cartera y electrodomésticos, entre otros elementos de valor, indicaron fuentes policiales.

Mientras eso pasaba, uno de los delincuentes vigilaba de cerca al hombre y a los menores. La única que no estaba ahí era la mujer, a quien “la hicieron ir a recorrer la casa”, mientras pretendían abultar su botín.

Llegó el momento en que los intrusos decidieron irse. Hasta ese lugar habían llegado en un auto que se supone robado: aparentemente era un Fiat Palio rojo, que habrían sustraído en circunstancias que no trascendieron.

Algunos ladrones se alejaron en el auto mientras que otros lo hicieron en la camioneta Ford Ranger de las víctimas. Los dos vehículos fueron encontrados más tarde: el Palio, a pocas cuadras del robo, donde lo incendiaron. La Ranger, en tanto, la utilizaron para irse y luego la abandonaron sin dañarla.

Nuevamente, volvieron a comunicarse al 911 desde la casa donde robaron. “Llamamos cuatro veces”, se lamentaron el lugar. El cuadro era de tensión absoluta porque, además del hombre al que lastimaron a golpes, la chica de 17 años se desmayó por los nervios.

Una ambulancia del SAME tuvo que ir de urgencia al lugar para atender a los dos. Ambos fueron asistidos ahí mismo y no necesitaron ser llevados a ningún hospital.

Luego se activó el procedimiento investigativo que corresponde a un caso de esta naturaleza. Los policías de la jurisdicción trabajan en la identificación de la banda. La familia asaltada supo sólo que eran jóvenes por sus tonos de voz. Ellos obligaron a las víctimas a no mirarles las caras en ningún momento.

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