Un campeón invicto en la Ciudad después de 45 años

Para Atenas la obtención del Torneo Apertura fue muy especial. Todavía resuenan en la calle 13 los festejos tras la obtención del certamen lograda ante Platense de visitante. Es que además de quedarse con el cetro en esta primera etapa del año, el Griego hizo historia porque campeonó de manera invicta, algo que no sucedía en el máximo escalón del básquet de nuestra ciudad desde 1972. Aquel último ganador invicto de un torneo fue Gimnasia. Desde allí en adelante no volvió a repetirse semejante situación.

El domingo en la noche, cuando sonó la chicharra en el gimnasio “Julio Costa” de Platense, los jugadores del Rojo fueron conscientes de que habían entrado en la historia grande del club. Más allá de que en calle 13 las vitrinas están repletas de trofeos, este tiene un sabor especial porque lo obtuvieron tras un categórico 18-0, si se computan los 14 juegos ganados en la fase regular del Apertura y los cuatro en fila en los play off, cuando barrieron la serie ante el siempre poderoso Unión Vecinal (el equipo que hizo historia grande en los últimos quince años) y Platense, un digno adversario en las finales, que luchó a brazo partido hasta la última bola persiguiendo el sueño de un club en crecimiento.

LOS CAMPEONES, EN LA REDACCION

La noche del domingo fue todo euforia. Con el 2 a 0 final en la serie ante el Tense, Atenas se aseguró la obtención del Torneo Apertura. Hubo abrazos, saltos, corte de redes, lágrimas y brindis hasta entrada la madrugada del lunes. Y el festejo para los dirigidos por Oscar Remaggi continuó en la redacción de este diario, ya cuando la tranquilidad le ganó al éxtasis.

Ramiro Ciganek y Matías Sesto fueron los primeros en llegar. Dos hombres de gran recorrido en el básquet a pesar de su juventud y pilares del gran momento de los de calle 13. Pocos minutos después se sumaron Juan Blas Pagella, juvenil que fue ganando protagonismo y que crece a paso de gigante, e Ignacio Zulberti, el interno tandilense que tras su experiencia en Gimnasia en el TNA se adaptó a las mil maravillas al vigente campeón del Apertura.

“La verdad que logramos algo histórico, esto es increíble. Quizás no logramos notar la real dimensión de lo conseguido. Nosotros queríamos ser campeones y esto de que haya sido de manera invicta es algo que se fue concretando sin ser pensado puntualmente, se dio partido a partido. El último partido que perdimos fue contra Derqui, en el Provincial, en enero, pero no es algo que nos habíamos planteado especialmente”, remarcó Ramiro Ciganek.

A su turno, Matías Sesto, el goleador en el juego decisivo con 20 puntos, sostuvo que “en estos momentos quizás no logramos dimensionar lo conseguido, pero uno se pone a pensar y se da cuenta que esto se logró partido a partido. Nos había quedado la espina de no poder entrar al cuadrangular final del Provincial y a partir de allí seguimos creciendo como equipo hasta ser muy sólidos como conjunto”, explicó el alero del flamante elenco campeón.

También hubo reconocimiento para el rival, Platense, que vendió cara la derrota en los juegos decisivos: “hay que felicitarlos porque hicieron una temporada increíble y por eso fueron justos finalistas. La final fue muy apretada, ellos la prepararon muy bien. Fuimos punto a punto, pensando cada decisión, porque donde regalabas algo, te podía costar el campeonato”, reflexionó Ciganek sobre la serie final.

“Somos un gran grupo que se lleva bien dentro y fuera de la cancha y eso tiene su influencia. El fuerte de este equipo es el pensamiento colectivo, porque cada uno sabe la función que debe tener”, opinó tras la consagración Juan Pagella, un juvenil que ya se vistió de grande en el quinteto griego.

“Yo me pude adaptar rápidamente porque ya conocía a varios chicos del plantel, que son mis amigos, este es un grupo humano que por sobre todas las tira para el mismo lado. No sentí ninguna diferencia a llegar desde Gimnasia y pude dar lo mío para el equipo”, remarcó Nacho Zulberti, uno de los últimos en sumarse al plantel campeón.

Los de calle 13 prolongan el festejo, pero conocen a la perfección el libreto que les inculcan en el club: “es difícil llegar, pero más aún lo es mantenerse y esa es nuestra obligación”, cerró Matías Sesto.