Rajoy se desmarcó del manejo irregular de fondos de su partido

BARCELONA.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, aseguró ayer que desconocía todo lo relativo a las finanzas de su Partido Popular (PP), en una histórica declaración como testigo en la mega causa de corrupción Gürtel, que juzga los delitos cometidos por una trama política y empresarial que actuó durante décadas en el seno de la fuerza conservadora. Rajoy es el primer jefe del Ejecutivo español en actividad en declarar en un juicio penal en democracia, y lo hace como testigo en un proceso en el que su partido está acusado de ser “partícipe a título lucrativo” de la trama corrupta por haberse beneficiado económicamente.

“Hay una separación muy nítida y clara entre la parte política y económica”, tanto en las campañas electorales como en el partido, explicó Rajoy al inicio de su declaración al ser consultado por la acusación respecto a la estructura del PP. “Jamás me he dedicado a una cuestión de contabilidad, mis responsabilidades son políticas”, subrayó el dirigente conservador, quien admitió haber dirigido las campañas electorales del PP de las elecciones europeas de 1994, las municipales de 1995 y las generales de 1996 y 2000”, pero no la campaña de las municipales de 2003, presuntamente financiadas por la red Gürtel.

Durante su comparencia, que duró casi dos horas, Rajoy negó la existencia de una “Caja B” en el PP, el cobro de sobresueldos, y dijo que desconocía que el ex tesorero de los conservadores Luis Bárcenas tenía cuentas en Suiza. También remarcó que fue él quien en 2004 ordenó cortar la relación económica con las empresas de Francisco Correa, el cabecilla de la red de corrupción.

La Audiencia Nacional juzga desde fines del año pasado el tramo del caso Gürtel correspondiente al período comprendido entre 1999 y 2005, y concretamente la financiación ilegal de las elecciones municipales de 2003. Durante los años comprendidos entre 1990 y 2003 Rajoy fue vicesecretario general del PP y “responsable de asuntos electorales” del partido, de ahí la relevancia de su testimonio. “Mi responsabilidad era de tipo político”, insistió el gobernante, ante las preguntas del letrado Mariano Benítez de Lugo, de la Asociación de Abogados Demócratas de Europa (Adade), que pidió su testimonio. “¿Y la parte económica no la conoce?”, insistió el letrado, a lo que Rajoy respondió: “En absoluto”.

El hecho histórico de que un jefe del Gobierno (en este caso de España) en ejercicio se siente ante el banquillo de los acusados a dar explicaciones sobre las irregularidades en las finanzas de su partido, nos lleva a los argentinos a mirarnos en ese espejo. Lejos está nuestro país de pensar en que lo ocurrido en España pueda replicarse aquí, donde la justicia tiene otros caminos y otros tiempos. Sin ir muy lejos, días atrás la jueza federal con competencia electoral María Servini no aprobó las rendiciones de cuentas de campaña de 2015 de varias fuerzas políticas y suspendió la entrega de aportes públicos a las alianzas Cambiemos, el Frente para la Victoria (FpV), UNA, de Sergio Massa; y Compromiso Federal, de Adolfo Rodríguez Saá. La resolución fue dictada a raíz de un pedido del fiscal federal electoral Jorge Di Lello, quien advirtió numerosas ir regularidades en balances de varias fuerzas, entre ellas el PRO y el FpV. Fuentes judiciales informaron que los partidos tendrán hasta fin de mes para realizar sus descargos.

Volviendo a España, la declaración de Rajoy ante el tribunal tuvo fuertes repercusiones en el arco político de ese país. El más duro fue el líder del Partido Socialista (PSOE), Pedro Sánchez, quien afirmó que “hoy es un día negro para la democracia” en España y, tras hacerle una serie de preguntas a Rajoy sobre cuestiones que -según él- no aclaró, le pidió que renuncie a su cargo. “¿Se está protegiendo a sí mismo, señor presidente, desde la presidencia?”. “Presente ahora mismo día su dimisión al Rey”, exhortó Sánchez en conferencia de prensa.

Por su parte, el líder de Podemos (antisistema), Pablo Iglesias, expresó su “vergüenza” ante la actitud de Rajoy, por el tono que utilizó y porque demostró que “tiene un pacto de silencio” con Bárcenas. “O bien Rajoy miente para proteger al PP o bien es un señor enormemente negligente. No debe seguir siendo presidente del gobierno”, aseguró Iglesias, quien propuso a Sánchez forzar una comparecencia extraordinaria de Rajoy en el Congreso de los Diputados.