Trump ofreció la ayuda de EEUU al bebé inglés a quien quieren practicarle eutanasia
| 3 de Julio de 2017 | 21:40

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ofreció hoy la ayuda de su país para el bebe británico Charly Guard, de diez meses, a quien los médicos del Hospital de Londres quieren desconectar de los aparatos que lo mantiene con vida, apoyados por la Justicia británica y europea, pese a la resistencia de sus padres.
El ofrecimiento de Trump para que el niño siga un tratamiento en los Estados Unidos se suma al que ya había realizado el papa Francisco ayer ,quien manifestó seguir con emoción el caso y su cercanía con la familia del bebé, al tiempo que el el Hospital de El Vaticano pidió al de Londres saber las condiciones en que esta el paciente para trasladarlo a ese centro de salud.
Trump escribió en su cuenta de la red social Twitter que "si podemos ayudar al pequeño #CharlieGard, de acuerdo con nuestros amigos en el Reino Unido y con el Papa, estaríamos encantados de hacerlo". El ofrecimiento es para que el niño siga un tratamiento en Estados Unidos -tal como quieren los padres- a raíz de la rara enfermedad genética que padece llamada Síndrome de Agotamiento Mitocondrial, que le produce convulsiones y daños neurológicos y que de acuerdo a los médicos ingleses es mortal.
Una asesora de Trump y directora de asuntos mediáticos en la Casa Blanca, Helen Aguirre Ferré, precisó que el presidente se interesó por el caso de Charlie Gard al verlo en los medios y decidió "ofrecer ayuda a su familia en esta situación devastadora".
"Aunque el presidente no ha hablado con la familia, (porque) no quiere presionarles en absoluto, algunos miembros de su Gobierno sí han hablado a través de llamadas telefónicas facilitadas por el gobierno británico. El presidente está tratando de facilitar ayuda si es posible", explicó Aguirre Ferré en un comunicado.
El bebé de diez meses padece una rara enfermedad genética, una variedad grave de encefalopatía mitocondrial que le causó daño cerebral y le impide respirar por su cuenta o mover sus extremidades, y la única esperanza de sus padres es someterlo a un tratamiento experimental en Estados Unidos.
El Great Ormond Street Hospital de Londres, donde está internado el pequeño desde que tenía dos meses, consideró que esa terapia no sería beneficiosa para el bebé, lo que desató una batalla legal para determinar si los médicos podían retirarle la respiración asistida contra la voluntad de sus progenitores.
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