Correas, ante una grave emergencia por el envenenamiento de perros

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No puede menos que causar zozobra y consternación la oleada de muertes por envenenamiento de perros que se registra en el vecino pueblo de Ignacio Correas, sumándose en las últimas horas una situación de naturaleza similar que se vendría presentando en Dolores en donde desde principios de año, según se dijo, fueron envenenados o muertos a tiros unos 300 canes. Se está, seguramente, ante hechos que agravian a la mejor convivencia y que obligan a las autoridades a actuar con prontitud, impulsando, entre otras medidas, la promoción de campañas destinadas a evitar actitudes tan delictivas como riesgosas para la salud pública.

Tal como se informó, los vecinos de Ignacio Correas, localidad ubicada a unos 19 kilómetros de nuestra ciudad, están preocupados por una matanza de perros con veneno que ya terminó con la vida en los últimos meses de al menos 200 ejemplares, aunque ahora, además, tres pobladores sufrieron serias intoxicaciones cuando intentaron salvar a su mascota y tomaron contacto con el veneno.

Un lógico estado de miedo y el propio misterio se suman para mantener extrema tensión en Correas, un pequeño pueblo con una calle de acceso -la 30, que corresponde a la nomenclada con el mismo número del casco histórico de La Plata- asfaltada en 500 metros, una escuela primaria de 80 alumnos, una capilla, dos establecimientos mezcla de almacén y bar, y pocas viviendas.

El carbofurano, un veneno sistemático usado para el control de plagas en cultivos, estaría detrás de la cruel matanza de perros que conmociona a la localidad. Así lo deslizaron peritos sanitarios quienes advirtieron que el agente, que también provocó la intoxicación de tres personas de ese pueblo, es un pesticida “muy tóxico”, cuyo uso está prohibido en varios países.

Los especialistas también advirtieron que en contacto con humanos puede causar una neuropatía retardada que afecta a las piernas, afirmándose que en el caso de los niños puede verse afectado el sistema nervioso central.

Correspondería señalar que los malos tratos y los actos de crueldad a los animales se encuentran contemplados en la ley nacional 14.346 promulgada en 1954, que prevé severas penas de prisión y multas a los transgresores

En el caso de Correas se sabe que las primeras denuncias datan de noviembre del año pasado, lo que motivó la inmediata intervención de la Justicia y la policía, dijeron fuentes vinculadas a la investigación que se encuentra en manos de la UFI 7 de La Plata. Se sabe que se han realizado allanamientos, aún cuando hasta la fecha no hay personas detenidas.

No se está ante una causa de menor cuantía. Tanto los propietarios de las mascotas como toda la población de Ignacio Correas –y como se dijo, se hablaba también de la de Dolores- se encuentran seriamente desafiados por personas inescrupulosas que no trepidan en desatar una matanza de esta naturaleza, con los riesgos que ella también conlleva para la salud pública.

Es de esperar que la acción judicial y policial profundicen las investigaciones y esclarezcan un episodio antisocial. Sin perjuicio de las campañas preventivas que deben irradiarse a la población, adoptándose los recaudos para impedir que, sobre todo los niños, queden expuestos a los efectos directos o residuales del veneno que tan desaprensivamente se está utilizando.

 

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