Violento ataque armado en la casa de un precandidato a concejal

Redujeron a Federico Martelli y a otras ocho personas. Robaron, pero tiraron parte del botín. Hubo disparos

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Con pistolas nueve milímetros y la aparente decisión de llevarse todo lo de valor que hubiera, cinco hombres irrumpieron ayer a la madrugada en una casa de barrio Norte donde había nueve adultos y dos chicos. Los nenes no se despertaron y ninguna de las víctimas reducidas sufrió heridas graves, pero el hecho resultó de alto impacto por el hombre que alquila esa propiedad, la violencia que usó la banda y un dato curioso: a los pocos metros apareció buena parte del botín.

Sucedió en la casa de 2 entre 33 y 34 donde vive Federico Martelli (38), precandidato a concejal por una de las listas que presentó el partido Cumplir, de Florencio Randazzo. A la 1.40 de la mañana él estaba allí con otras ocho personas terminando de cerrar cuestiones vinculadas con las elecciones de hoy, cuando su jefe de campaña anunció que se iba y abrieron el portón del garaje.

“Ahí nos agarraron”, contó el precandidato a este diario, recordando que “todos tenían pistolas 9 milímetros, dos estaban encapuchados y tres descubiertos”. Uno de ellos actuó como campana.

Según Martelli, los intrusos redujeron muy rápido a todos los que estaban presentes en la vivienda, obligándolos a tirarse al piso y prometiendo “quemarlos” si no obedecían las órdenes.

“A algunos les pegaron y a una chica la arrastraron”, apuntó Martelli, a quien los delincuentes llevaron a recorrer la casa sin dejar de pedirle dinero. “Yo les decía que no tenía plata y empezaron a acumular objetos de valor”, agregó.

De acuerdo a lo que figura en la denuncia, los ladrones pretendían entrar en las habitaciones del primer piso donde dormían los dos hijos del político, de 2 y 6 años, pero finalmente desistieron de hacerlo.

“Los chicos no se despertaron en ningún momento”, aseguró el dueño de casa.

Mientras tanto, la banda juntaba todo lo que podía. Según el reporte oficial, debajo de la escalera pusieron las carteras, computadoras, celulares y joyas que les quitaron a las víctimas y hasta le pidieron las llaves del auto a Martelli, supuestamente con la intención de cargar los elementos y escapar rápido.

Recordó él que la escena fue violenta y confusa, sobre todo por el cruce de órdenes contradictorias. “Nos decían que nos quedáramos quietos, después nos pedían que les alcanzáramos algo y entonces nos pegaban porque nos movíamos”, explicó.

Las víctimas calcularon que todo el episodio duró entre 10 y 15 minutos, hasta que, abruptamente, los asaltantes decidieron irse. Algo los asustó o el “campana” advirtió movimientos raros, ya que “en un momento dijeron ‘vamos, que se pudrió todo’”, reveló Martelli.

el rescate

Cuatro de los ladrones abandonaron la casa sin caer en la cuenta de que el quinto había quedado en los fondos y fue reducido por las víctimas, ya que “tenía el arma en la cintura”. Lo tiraron al piso y llamaron a la policía, lo que precipitó el momento más violento de esta historia.

“Volvieron los otros cuatro, efectuaron disparos contra la vivienda y rompieron la puerta a patadas para rescatarlo”, explicó el precandidato a concejal, tras lo cual huyeron nuevamente con dos notebooks, dos carteras, dos celulares, unos 20 mil pesos, un anillo de oro y una cadena de plata.

Dijo Martelli que escuchó dos disparos, aunque los peritos sólo encontraron una bala en la puerta y una vaina servida de 9 milímetros en la vereda.

Testigos aseguran haber visto a los ladrones escapar en un automóvil Chevrolet Corsa de color gris y tres puertas, dato que será difícil de chequear ya que en las inmediaciones no hay cámaras de seguridad.

Minutos después llegaron a la escena los patrulleros del Comando, la comisaría Segunda y hasta el jefe de la Departamental, Diego Bravo, que ordenó desplegar un operativo por las inmediaciones para tratar de localizar a los responsables.

A ellos no los vieron, pero en 34 entre 2 y 3 se halló un bolso con dos notebook de las víctimas, billeteras con dinero y se pudo detectar, por el localizador de uno de los celulares, que estaba en 43 y 126, de Ensenada. A ese mismo aparato se lo ubicó luego en Berisso, hasta que lo apagaron y se le perdió el rastro.

Martelli no quiso hablar de motivaciones políticas detrás de este episodio y negó que los ladrones lo conocieran, aunque no pasó por alto que es “el tercer hecho de violencia” que sufre en los últimos seis meses. Fuentes judiciales reconocieron a este diario que “todo el episodio es raro”.

Por lo pronto, al precandidato a concejal se le asignó custodia con un patrullero frente a su casa.

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