Dinámica, intensidad y pases, primeras señales de este Lobo

La falta de equilibrio y las grietas en el fondo, los temas que debe trabajar urgente

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Había una gran expectativa en todo el mundo Gimnasia en torno al debut de Mariano Soso como DT del primer equipo. Llegó prácticamente como un desconocido a la Ciudad, a excepción de aquellos fanáticos del fútbol que están al corriente de todo argentino que se desempeñe en el exterior y que ya tenían referencias de su trabajo. Y después de lo que se vio en la tarde de ayer, puede marcarse claramente que ya supo, aún con errores y muchas cosas a corregir, imprimirle un sello distintivo a su nuevo Lobo.

Si la expectativa pasaba por ver, después de mucho tiempo, a un Gimnasia protagonista, renovado, dinámico y con personalidad para intentar un juego de pases, todo eso se vio con creces en el primer capítulo de la nueva era en Florencio Varela. Gimnasia hizo cuatro goles en su primera presentación y dejó buenas sensaciones en el plano ofensivo.

¿La contraparte? Quedó evidenciada de manera elocuente: el equipo defendió mal, es más, por momentos, muy mal. Más allá de errores puntuales, se vieron desperfectos tácticos, huecos y hombres rivales que aparecieron sin marca en zonas de peligro para el arco tripero. En eso tendrá que trabajar mucho de aquí en adelante Mariano Soso y su equipo de colaboradores. A Gimnasia le faltó equilibrio y lo terminó pagando con goles en su portería.

En conclusión, más allá de los aspectos positivos y de los negativos, lo innegable es que el comienzo de la era Soso no dejó a nadie mirando para otro lado. Se vio un estilo claro, una ruptura con lo anterior, una metamorfosis futbolística. Ahora debe trabajar en los ajustes.

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