Un sector en riesgo

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La vorágine en la que se suceden los casos policiales hunde en el olvido a muchos, aunque sean terribles y no haya pasado tanto tiempo desde que pasó. Fue el 24 de abril, hace poco más de cuatro meses, cuando una banda de encapuchados irrumpió de noche en una quinta de 513 y 200 con la intención de llevarse todo el dinero que hubiera. Consiguieron 60 mil pesos, pero eso no evitó que mataran de un escopetazo en la cara a José Luis Báez, un joven boliviano que tenía 32 años y fue fusilado frente a su familia, donde comandan el cultivo de hortalizas de hoja y tomates. Por el caso hubo allanamientos y detenidos, pero los ataques contra productores no pararon. Son un sector de alta vulnerabilidad, por la zona donde residen (no hay patrullajes, cámaras, ni vecinos cercanos) y algunos hábitos que son culturales pero que también tienen que ver con sus condiciones laborales. Casi todos se manejan con dinero en efectivo. Y las bandas lo saben.

 

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