No se resistió, pero igual le pegaron un tiro

Otras postales que dejó la delincuencia desbocada incluyeron robos bajo todo tipo de modalidades.

El más sangriento se dio en 29 y 520 de Tolosa, cuando un hombre de 59 años fue sorprendido por un delincuente cuando caminaba hasta la cochera de la Empresa Rápido Argentino, donde trabaja como inspector, para buscar su auto. Justo enfrente del Club San Luis lo abordó un sujeto de unos 20 años de edad, que le apuntó con un arma para obligarlo a entregar el maletín en el que llevaba “efectos personales y un cheque de 3000 pesos”, dijo un investigador.

El ladrón le pidió también la billetera y el celular. Y aunque la víctima, identificada como Juan Carlos Amaral, no se resistió, el delincuente le disparó a una pierna cuando escapaba corriendo. En la guardia del hospital de Gonnet le diagnosticaron fractura de tibia y peroné.

golpeada frente a su beba

Otra secuencia tensa se vivió el lunes a la noche en 47 entre 135 y 136 de Gambier. Dos ladrones se metieron ahí, donde solamente estaba una nenita de un año.

Su mamá llegó un momento después y se topó con los intrusos, que la sujetaron para obligarla a entrar con ellos. La mujer se resistió para que no le hicieran nada a la beba, pero eso le valió que le pegaran en la cabeza con una maceta, según contaron fuentes policiales. En el interín, alcanzaron a robar plata. El griterío sirvió de alerta para que el suegro de la víctima se diera cuenta de lo que pasaba y fuera a echar a los delincuentes, que alcanzaron a escaparse corriendo.

Cuando la policía fue al lugar, también llegaron médicos del SAME que examinaron a la mujer.

Tres casos más completaron el derrotero de los ladrones por el casco urbano.

Primero, en una casa de 26 y 43 de La Loma, de donde se llevaron un arma marca Glock, plata y otras pertenencias. Sería el domicilio de un efectivo policial.

Otro caso se dio en la escuela primaria Nº 18, de 22 y 38, de donde desconocidos se llevaron un monitor y distintos elementos. Por último, en 11 entre 59 y 60 entraron en una peluquería después de provocar destrozos en el local.