Fuego y hielo

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Aunque el tenis no es la clave de la película, tanto Metz como LaBeouf y Gudnason, que da vida a Borg, dijeron que el aparentar de forma creíble como tenistas profesionales fue básico para el film.

Para ello, Gudnason y LaBeouf pasaron entre 8 y 10 meses de riguroso entrenamiento tenístico y físico especialmente porque el actor estadounidense nunca había jugado antes al tenis.

“Jugamos mucho tenis. Yo tenía dos horas diarias de tenis y entrenamiento físico. Tienes que vivir esa vida como atleta para entenderlos”, declaró Gudnason, que interpreta a uno de los grandes mitos deportivos de su país.

LaBeouf, que muchos consideran el “niño terrible” del cine estadounidense, fue la lógica elección para dar vida en el film a McEnroe, conocido en su época de tenista como rebelde, descarado y malsonante. El actor norteamericano de múltiples cruces con la ley ya había recibido la propuesta de ponerse en las zapatillas de McEnroe, pero rechazó otro guión porque sólo trataba al tenista como “un payaso gritón”. El guión de Sandahl sin embargo le atrajo desde el primer momento. “Leí el guión y realmente me movió. El guión es brillante. Todos estamos aquí por esa razón. Yo lloré la primera vez que lo leí. No está basado en un libro o en una biografía, está basado en el trabajo duro”, dijo.

“McEnroe y yo tenemos todo en común. Apasionado. Perfeccionista. Narcisista. Somos muy parecidos”, aseguró Shia LaBeouf en una entrevista con la revista Variety. “Cuando vas a grabar una película buscas cosas paralelas con el personaje que vas a interpretar, hay muchas aquí... No he conocido a McEnroe, pero siento mucho amor y respeto por él.”

“Son dos personajes considerados distintos, pero que en realidad tienen más en común de lo que la gente piensa”, afirmó por su parte Metz, a lo que Sverrir Gudnason agrega: “Se convirtieron en grandes amigos”.

Amigos que se necesitaban para alcanzar nuevas alturas y ampliar las barreras de lo posible: en una entrevista al diario El País, McEnroe afirmó que hubiera preferido que Borg no se retirara. “Cuando llegué al número uno por primera vez Borg dejó de jugar y eso fue decepcionante; de hecho, yo hubiera preferido ser el dos y que él hubiera seguido. Es como si Rafa y Roger lo hubiesen dejado hace unos años; hubiera sido malo para el tenis. Yo quería mejorar pero no continué trabajando en mi juego y por eso varios jugadores me alcanzaron. Ahora, 30 años después, lo veo claro”.

 

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