La maestra que va a dar clases a domicilio trepada a un tractor

Su escuela quedó aislada y se cerró. Pero visita a los alumnos en sus casas para enseñar

Edición Impresa

Hace 20 meses que General Villegas, en el noroeste bonaerense, está prácticamente bajo el agua. Y además de los campos y de los caminos rurales, hay también escuelas aisladas. Sin embargo, la vida sigue y la enseñanza no se detiene. Al menos en la Escuela primaria número 29, ubicada en el paraje Colonia La Belita, a 50 kilómetros de la ciudad cabecera, donde una maestra rural decidió subirse a un tractor e ir a dar clases a la casa de sus alumnos para que no pierdan el año escolar.

Se trata de Daniela Canale, directora y única maestra del colegio al que concurrían cinco niños; dos que cursaban segundo grado; uno el tercero; uno quinto y otro sexto grado.

“La escuela quedó aislada, los chicos no podían llegar por el estado de los caminos, asi que la escuela está cerrada, abandonada, con los pastos altos, pero las ganas de enseñar y de aprender están intactas”, cuenta Canale.

El distrito de General Villegas padece inundación desde hace 20 meses, por lluvias intensas y por el ingreso de agua proveniente de las provincias de Córdoba y La Pampa; y ya el año pasado las escuelas rurales del partido debieron ingeniárselas para continuar dando clases, y lo hacían mudándose a otros establecimientos; enviando la tarea con tractores y hasta utilizando la conexión con los alumnos vía Skype.

“El nene que cursa tercer grado, por diversas circunstancias de salud de sus familiares, no fue nunca regular en su asistencia a clases, y recién ahora está aprendiendo a leer, por lo que al no poder llegar a la escuela se iba a dificultar ese proceso, pero yo le prometí al nene que vamos a terminar el año leyendo”, dijo entusiasta la docente.

Fue así como, pensando en el aprendizaje de sus 5 alumnos, Daniela decidió ir en tractor a las casas de ellos a darles clases; y hay días donde ella es una suerte de “escuela itinerante”, ya que concurre a las casas junto al profesor de educación física, Ezequiel Rodríguez o la profesora de inglés, Jorgelina Vázquez, para que ellos también dicten sus materias.

“Un día voy a una casa, donde se reúnen 3 de mis alumnos; y al día siguiente voy a otra casa donde se reúnen los otros dos, y si vieran la alegría con la que me esperan!!!;” -destaca- en las casas no hay pizarrón, por lo que todos trabajamos alrededor de una mesa, y cuando viajo con el profe de Educación Física, llevamos las pelotas y los conitos para la clase”.

Canale explica que ante esta situación “se va haciendo un recorte del programa de estudios, priorizando contenidos. Por ejemplo, con el nene que cursa sexto grado, es decir que ya termina la primaria, estoy empezando a trabajar contenidos que verá cuando pase a primer año de secundaria”.

Ni el agua, ni el cansancio de viajar en tractor todas las mañanas logran borrar la sonrisa de Daniela, que no duda en afirmar que “si pudiera volver a elegir, volvería a elegir la docencia como profesión, y en especial, ser maestra rural”.

No obstante, esta escuela de Villegas no es la única que padece la desgracia de las inundaciones. Y es por eso que muchas de las escuelas rurales que no pudieron dictar clases por las inundaciones en la provincia de Buenos Aires, utilizan un cuadernillo proporcionado por la Dirección de Escuelas para garantizar la continuidad pedagógica a la trayectoria educativa una vez que los alumnos retomen la actividad.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE