El Santo Padre planteó su temor a que se desate una guerra nuclear

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El vuelo del papa Francisco a Chile se llenó de recuerdos del año que pasó en este país cuando estudiaba como seminarista en la Compañía de Jesús y donde, según aseguró, dejó “muchos amigos”.

Al inicio del viaje, a los periodistas se les distribuyó una foto y el pontífice explicó su significado después.

“La he encontrado casualmente, es del año 45 y es un niño con su hermanito muerto en la espalda esperando el turno ante el crematorio en Nagasaki después de la bomba. Me conmovió cuando la vi y sólo quise escribir: ‘el fruto de la guerra’ y pensé en imprimirla”. “Porque conmueve más que mil palabras”, agregó.

Durante los saludos a los 70 periodistas que viajaron con él, Francisco afirmó que sigue preocupado por la posibilidad de que cualquier imprevisto desate un conflicto nuclear y que “estamos al límite de eso”, como ya explicó a la vuelta de su viaje a Birmania y Bangladesh.

Respecto del viaje a Chile, señaló que “para mí no será difícil. Estudié aquí, tengo muchos amigos y conozco bien este país”. Sobre Perú explicó que sabía menos porque había estado solamente tres veces “para convenios o reuniones”.

Francisco residió durante un año, en 1960, en Chile, como parte de su formación en el santuario de San Alberto Hurtado de los jesuitas.

El largo viaje (12.123 km recorridos en más de 15 horas de vuelo en un avión de Alitalia) fue además objeto de bromas con los periodistas, sobre todo con los chilenos que llegaron a Roma para acompañar el trayecto, y a quienes les preguntó si estaban cansados. “No estamos cansados, estamos acostumbrados, nosotros también venimos del fin del mundo como usted dijo”, le recordaron sobre aquella frase que pronunció el día de su elección el 13 de marzo de 2013 cuando observó “que habían elegido a un Papa venido del fin del mundo”. (EFE)

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