Se roció nafta y amenazó con quemarse a lo bonzo en IOMA

Mario y Sandra se presentaron ayer a la mañana en el tercer piso de IOMA donde se encuentra la subdirección Técnico Científico y Farmacia para gestionar la entrega de un medicamento oncológico; sin embargo, los requisitos para acceder al remedio agotaron la paciencia del hombre. Convencido de que el trámite no sería ni rápido ni sencillo y víctima de una gran exaltación nerviosa, decidió esposarse a la baranda de metal de la escalera y con una botella llena de nafta amenazó con prenderse fuego. El incidente provocó la inmediata intervención de policías de la Comisaría primera quienes mediaron para que depusiera la actitud, pero solo desistió cuando, tras una tensa espera, su esposa le confirmó que las autoridades de IOMA se comprometieron a entregarle la medicación.

El hecho pareció provocar mas revuelo que sorpresa entre muchos afiliados que esperaban ser atendidos en el edificio que IOMA tiene en calle 46; en los pasillos se multiplicaban frases del tipo “con todos los trámites que te hacen hacer, uno queda como loco” o “si no te ven haciendo algo extremo estás acá hasta que te mueras”.

El matrimonio es de Almirante Brown y se presentó en IOMA para tramitar la entrega de una medicación que, según le dijo Sandra a EL DIA, ella necesita con urgencia.

Sin embargo, a eso de las 11, al ver que se irían con las manos vacías, Mario, de 54 años, decidió apelar a un recurso extremo: se encadenó a la baranda de la escalera del tercer piso donde se encuentra el área de Farmacia y les gritó a los empleados que si no les daban una respuesta se arrojaría nafta para prenderse a lo bonzo.

De inmediato, los empleados avisaron a la Comisaría Primera y unos 6 efectivos se presentaron en esa área para desplegar una tarea de mediación en la que se intentó convencer al encadenado de que depusiera su actitud, cosa que rechazó sin vacilar.

“Les pedimos a todos que se alejen porque este hombre está en riesgo”, dijo uno de los policías para establecer un cordón alrededor del encadenado del que emanaba un penetrante olor a combustible.

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Solo cuando Sandra dijo “ya está todo solucionado” y Mario se convenció de que su esposa había sido recibida por responsables de IOMA, sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña llave y abrió las esposas que lo mantenían aferrado a la baranda.

La policía le retiró la pequeña botella de gaseosa que tenía casi llena con nafta y un grupo de médicos le controló la presión arterial y su estado general.

Al cabo de unos minutos cuando el hombre se tranquilizó, lo invitaron a dirigirse a la planta baja donde completaron la tramitación del remedio.

Ante la consulta de EL DIA sobre los motivos que desencadenaron la inusual forma de protesta, Sandra sostuvo: “Tengo cáncer y necesito una medicación con urgencia, siempre hacemos todo juntos, pero esto ya está solucionado”.

Desde IOMA y el ministerio de Salud de la Provincia se informó que el 28 de diciembre Sandra García, de 49 años y domiciliada en Almirante Brown, inició un trámite para conseguir el medicamento Pembrolizumab 2 mg prescrito por su médico para el tratamiento de un melanoma. Como ese remedio estaba en falta se le propusieron otras tres opciones que la paciente consultó con el médico, pero el profesional rechazó las alternativas y justificó las razones por las cuales requería la otra droga.

“La afiliada se presentó con la orden del médico y se le informó que se le va a entregar la medicación lo antes posible, pero el directorio lo tiene que aprobar; ese es el curso que lleva el pedido y no está relacionado a que Mario San Pedro, el esposo, se haya tirado nafta y amenazara con prenderse fuego”, comunicó un vocero de la obra social.