Atacó a culatazos al encargado de una bulonera para robar la plata de la caja

Con un arma y dispuesto a todo, un delincuente se metió ayer en un negocio de Tolosa, donde por unos pocos segundos intentó presentarse como un comprador antes de atacar a golpes al encargado del local para sacarle la plata.

La víctima sintió mucho miedo, no tanto por los culatazos que le abrieron varios cortes en la cabeza, como por el estado de nerviosismo de ese delincuente que, por un rato, se convirtió en el dueño de su vida.

Eran las 10.30 de la mañana cuando Luciano (43) y un tapicero del barrio entraron en la bulonera de 18 y 32. Esperaron un rato. Y sospecharon que algo raro estaba pasando.

“Notamos que nadie nos salía a atender y eso era extraño, porque somos clientes de acá”, dijo a este diario Luciano. Por eso le gritó al encargado “‘¿qué pasa, estás jugando atrás?’”, sin obtener respuesta inmediata.

Si faltaba algo para confirmar sus sospechas, apareció en escena “un flaquito de unos 25 años que estaba con una mochila” y encaró para la calle, desde el fondo.

“Nunca lo había visto por acá”, confirmó el muchacho, quien, sin pensarlo dos veces, pasó del otro lado del mostrador.

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A unos metros se encontró con el encargado, de unos 44 años, “tirado en el piso y con sangre en la cabeza”, recordó Luciano.

La víctima le contó que acababa de ser asaltado y golpeado con la culata del arma por el mismo joven que se había ido del local unos segundos antes.

Por lo que le relató el damnificado, el delincuente entró en la bulonera como si fuera un cliente interesado en saber un precio, hasta que sacó el arma y lo obligó a ir para el fondo.

“El ladrón se llevó un poco de plata y exigía a cada rato que le entregara más”, reveló Luciano, convencido de que el hecho no terminó peor porque llegaron ellos y apuraron la fuga del atacante.

La víctima le contó a su vecino que “el delincuente estaba muy nervioso, tanto, que temblaba”, lo que profundizó el terror del comerciante. Nadie confirmó cuánta plata robó el asaltante, aunque circuló que habrían sido unos 1.300 pesoso. Otro vecino del barrio que se enteró de lo ocurrido se comunicó con el 911 y un rato más tarde arribaron a la escena efectivos policiales y una ambulancia del SAME.

“No fue necesario hospitalizarlo. La gente del SAME le curó la herida y le puso un parche en la cabeza”, comentaron en el barrio. Así, y con el miedo sobre los hombros, el encargado del comercio siguió atendiendo hasta el mediodía. A esa hora decidió cerrar “porque estaba bastante mareado”, apuntó uno de los vecinos que charlaron con este diario.

El local, que lleva más de 10 años en el mismo lugar y ya fue blanco de varios robos, no volvió a abrir las persianas por el resto del día.

Los vecinos de la bulonera contaron que en los 10 años que lleva en el lugar sufrió varios robos