Origen de la celebración
Edición Impresa | 11 de Octubre de 2018 | 01:33

MIGUEL A. BAÑEZ*
Los primeros pasos del Remate que se conocen en nuestro país data del 9 de abril de 1589, en el acta de Cabildo, Justicia y Regimiento.
Con dicha normativa se regulaba toda la actividad comercial de la época, ya sea de cosas muebles, trabajos y demás enseres. Muchas de estas situaciones estaban contenidas en la “romana oficial”, que anualmente dictaban las autoridades.
No obstante esto podemos decir que la palabra “Martilleros” surge el 22 de Marzo de 1822, según resolución ministerial de Bernardino Rivadavia que autoriza la apertura de “casas de martillo”, lugar donde se comercializarían los frutos y productos del país.
Con el devenir de los años la figura del Martillero y Corredor se fue afianzando. Forjadores y pioneros de esta actividad se reunieron en Tandil el 11 de octubre de 1943 con la intención de formar una Asociación o Colegio de Martilleros y Corredores Públicos.
De allí en adelante fue tomando fuerza nuestra profesión. En diciembre de 1945, en una asamblea de la Federación Argentina de Entidades de Martilleros se instaura aquella fecha – 11 de Octubre - como el día del “Martillero Público”- Fecha ésta que sería ratificada por distintas entidades del país.
Siguen con firmeza nuestros dirigentes bregando por nuestra digna actividad y buscando la jerarquización de la misma, situación que la sociedad pide a medida que avanza la inserción de la profesión en su seno. Así es como en aras de la excelencia se dictan distintas leyes Nacionales y Provinciales (hoy en la provincia de Buenos Aires ley 10973, t.o. Ley 14.085) que fueron dando marco regulatorio a nuestra actividad, hasta llegar a la ley 25.028, que exige poseer Título Universitario para poder ejercer nuestra profesión.
Hoy la sociedad en su conjunto reconoce el lugar de privilegio que tienen los Martilleros y Corredores. Lugar que hemos logrado con tenacidad y constancia, brindando siempre servicio a nuestros clientes, dotándolo de seguridad, eficiencia y profesionalidad para cumplir el mandato que de ellos proviene.
Han transcurrido más de 300 años desde aquel primer documento que da nacimiento a la profesión en esta parte del continente, aún antes de la conformación de nuestra patria. Así como sería imposible imaginar la sociedad sin médicos, abogados, ingenieros y tantas otras profesiones que han cimentado el desarrollo de la historia, también es inimaginable prescindir de los profesionales Martilleros y Corredores Públicos como especialistas en cuidar la salud patrimonial del individuo, la valoración de los bienes, el justo contrato, o la instrumentación debida en cada operación de compra, venta, locación o subasta.
Antes hacedores de pueblos y ciudades a través de los loteos, hoy consejo ineludible para los empresarios que ayudan a dotar de vivienda a la población, y canal de comunicación eficiente con el consumidor final. Con la persona que compra como la que alquila, con propietarios, entidades crediticias e inquilinos, todos clientes que reciben el beneficio de esta intermediación profesional. Y la especialización que apuntala a la Justicia en el cumplimiento de las sentencias, como peritos tasadores, martilleros ó enajenadores.
(*)Martillero y Corredor Público (coleg. 5612), Vicepresidente 1º-Colegio de Mart. y Corred. Públicos del Depto. Jud. La Plata.
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