Una presencia dañina para la Ciudad

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De acuerdo con estudios de científicos de CONICET, los estorninos fueron introducidos en Argentina en los años ’80, y aunque no se conoce con certeza el motivo, se cree que para ser comercializados. Aparentemente, luego de una liberación o suelta accidental empezaron a reproducirse a tasas explosivas. En principio se observaron en la zona de Palermo y en distintas partes del Gran Buenos Aires, y luego se expandieron a La Plata, Mar del Plata, Santa Fe, y casi todos los grandes centros urbanos.

Informes elaborados en la facultad de Ciencias Naturales de la UNLP consignaron que en el casco fundacional platense habría más de 30 mil ejemplares, distribuidos en por lo menos 40 “dormideros” que se transforman en colonias de hasta 2.000 ocupantes.

Estos estan situados en plazas, parques o avenidas arboladas que los animales fueron ocupando paso a paso; cada uno de esos sectores se transformó en un depósito de guano, y aunque no transmiten enfermedades, fuente de preocupación sanitaria para los vecinos.

 

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