Baños a la miseria y filtraciones, signos del deterioro en el parque San Martín

Los visitantes aseguran que nadie los limpia. La gente suele usar otros, cuyo mantenimiento lo costean particulares

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A una distancia sideral de las grandes capitales del mundo, y lamentablemente en sintonía con la mayor parte de las metrópolis del país, el equipamiento sanitario público platense sigue sumido en la decadencia y la desidia, generando quejas y pedidos de mejoras.

Ahora le tocó a los baños de libre acceso del parque Vucetich (San Martín) quedar en la mira vecinal. Construidos hace poco menos de una década junto al predio que ocupan los jubilados bochófilos, a la altura de 50 entre 26 y 27, están abandonados: basura, desbordes cloacales, pérdidas de agua y permanentes olores nauseabundos son el marco de un lugar que lejos de cumplir con su función es un nido de alimañas y refugio para vagabundos.

“Es un desastre; no los limpian nunca, jamás los terminaron -habían dicho que iban a tener lavatorio y un buen cerramiento- y son un aguantadero de cirujas” revela Cacho Seimandi, uno de los referentes del centro de tercera edad que mantiene las instalaciones linderas con los sanitarios públicos.

El jubilado precisa que “nosotros tenemos los baños de la canchita de bochas, que los mantenemos y limpiamos con nuestro propio bolsillo, comprando elementos de limpieza, papel higiénico, etcétera, y aún así no damos abasto. Pusieron los públicos ahí para usar la misma salida de cloacas, y como están en mal estado la gente nos pide pasar a nosotros”.

“La gente se desespera y se pelea” cuenta incrédulo Seimandi: “la vez pasada vinieron unas chicas jóvenes, y dos señoras que estaban atrás se enojaron porque tardaban mucho; se armó un revuelo bárbaro, les prestamos el baño y encima nos reclaman. A la madrugada también hubo lío, porque gente sin hogar se peleó y prendió fuego unos colchones”.

“Para peor”, enumeró el vecino, “hay una pérdida de agua crónica sobre el pasto, y se está formando un pantano. Llamamos a la Municipalidad, y a Aguas Bonaerenses, y no tuvimos respuesta”.

“Es una picardía” opinan al unísono los jubilados acerca de la degradación de la conciencia ciudadana que se manifiesta en los baños: “si la gente no los cuida, y la Comuna tampoco... estamos en el horno”.

 

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