Las Pymes, estranguladas por la realidad económica

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Las pequeñas y medianas empresas están siendo estranguladas por una situación caracterizada por el empequeñecimiento del mercado interno, la muy pesada carga impositiva, los intereses que deben pagar por cualquier tipo de financiación y, como si todo lo antedicho fuera poco, la inflación.

Ya es una perogrullada decir que las pymes son las mayores generadoras de empleos, que dinamizan la economía y que muchas son el fruto de creativos emprendedores. Sin embargo las circunstancias actuales no sólo impiden su desarrollo y crecimiento, sino que les genera la necesidad de atenderlas en terapia intensiva.

Vale la pena recordar que según las estimaciones de Arba, la agencia de recaudación de la Provincia de Buenos Aires, las pequeñas y medianas empresas involucran y dan trabajo a más de 1.400.000 personas sólo en el territorio bonaerense. La sola mención de la cifra alcanza sobradamente para entender que son las pymes un motor imprescindible para el correcto funcionamiento de los engranajes económicos y sociales del primera Estado argentino.

Por lo antedicho resulta más que necesario generar un marco que posibilite la supervivencia de esas entidades ya sean de servicios, comerciales o industriales que vaya mucho más allá de las llamadas medidas de apoyo fiscal para pequeñas y medianas empresas bonaerenses y sectores dedicados a la producción y los servicios anunciadas recientemente por Arba.

El país no puede perder el silencioso pero enorme aporte de muchas de las pequeñas y medianas empresas. Sin financiación y ante el cierre de las fronteras comerciales de la mayoría de los países la exportación en la actualidad enfrenta dificultades casi imposibles de superar y por otra parte la penetración en mercados extranjeros lleva mucho tiempo y debe contar con el auxilio del Estado que hoy es prácticamente inexistente.

Generalmente para exportar se requieren políticas gubernamentales y empresarios de largo plazo, un tiempo que no tienen la mayoría de esas entidades en estos días.

Como se ha dicho hasta ahora la mayor parte del ajuste cae sobre el sector privado y especialmente a las Pymes y no puede requerírseles que continúen sus actividades en estas graves circunstancias.

En todos los países se protege a las pequeñas y medianas empresas y se facilita su desarrollo. En la Argentina puede afirmarse que se requiere con urgencia un salvataje y no por problemas surgidos de la mayoría de esas empresas sino por situaciones que les son ajenas.

No fueron ellas las que causaron la inflación y el gigantismo de un Estado al cual los argentinos no pueden sostener.

Para superar la crisis es imprescindible la generación de empleo genuino y eso sólo puede hacerse a través de la eficiencia del sector público y el privado, que posibilite el crecimiento de este último.

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