Atenas es el campeón de la Zona A1

Tras batallar durante 40 minutos bajo un clima efervescente en el Dante Demo, Atenas se consagró campeón del Clausura de la A1. El 74-67 le dio el título ante su clásico de barrio, Unión Vecinal. Francisco Disipio terminó con 15 puntos y 4 asistencias, mientras que Masson y Rosende sumaron 14 unidades cada uno.

El dueño de casa comenzó fino en ataque, sobre todo con el aporte de Francisco Disipio, líder con 8 puntos producto de dos triples y una lujosa bandeja. En el otro costado, pese a la circulación del balón en Unión, el Griego rotó con eficacia y le quitó gol. Con 3' en el reloj del cuarto inicial y un 17-10 abajo, Navazo solicitó el primer tiempo muerto de la noche.

El Amarillo salió revitalizado después de la charla con su técnico y cinco puntos consecutivos de Moreira lo pusieron a tiro. El período inicial, así, finalizó 18-15 en favor del local. La visita, además, se quedó sin Lucas Marin, una de sus armas fundamentales, quien dejó el rectángulo con un problema muscular. 

Título de por medio y con el condimento de tratarse de un clásico el juego físico reinó en el Dante Demo, con faltas de un lado y otro. Los ataques se apagaron y ninguno sacó ventaja en el luminoso, hasta que apareció González con dos bombas desde 6,75 y puso 26-20 a Unión. El Griego achicó distancias hacia el cierre y marcharon al descanso largo 30-27 para la visita. 

A contramano de lo que habitualmente sucede, Atenas salió liviano en defensa al tercer cuarto y el Amarillo lo castigó con cuatro puntos consecutivos de González. Los de calle 13 no podían frenar las penetraciones del Vecinal, que sacó una máxima de 10 (38-28). Pero ahí llegó la reacción del anfitrión, que cuidó mejor su canasta y se puso 47-49 de cara al segmento final. 

El cierre fue palo y palo, dentro y fuera de la cancha. Los jugadores dejaban todo en cada acción y las hinchadas no escatimaban en aliento. Bajo esa atmósfera vibrante quien marcó el desequilibrio fue Zulberti, de dominio absoluto de los tableros. 

El pivot sumó abajo del aro e incluso mediante un triple, además de bajar rebotes vitales. En el otro costado fue la presión de Atenas lo que marcó la diferencia, para que el local se escape por nueve con poco más de dos minutos en el reloj. 

El Amarillo dio batalla y se puso a cuatro, pero el Griego no dudó al momento de la definición y se impuso 74-67. Los jugadores de Atenas se fundieron en un abrazo y su hinchada deliró. Unión fue un dignísimo rival y reconoció al campeón.