Le costó tener el control, pero redondeó una tarea aceptable
Edición Impresa | 11 de Febrero de 2018 | 05:41

Por JORGE VIGLIANO
deportes@eldia.com
A Diego Abal le costó muchísimo mantener el partido dentro de los límites normales, más allá de que a los seis minutos de juego, ya había amonestado, de manera correcta, a un jugador por cada lado.
De todas maneras, esas decisiones tomadas en el inicio del juego, no alcanzaron para encauzar un partido con mucha fricción.
Durante su arbitraje, Abal tuvo un total de ocho amonestados, un jugador expulsado y más de 40 faltas sancionadas (fueron 49 en total) y así y todo mostró algunas dificultados.
TUVO ALTIBAJOS EN LA CONDUCCIÓN
Pese a haber amonestado a tantos jugadores, entiendo que Abal tuvo altibajos en la conducción del clásico platense.
En cuanto a algunas cuestiones puntuales del juego, entiendo que acertó en la expulsión de Omar Alderete, al igual que en no haberle mostrado la segunda tarjeta amarilla a Lucas Melano por una mano que no tuvo la entidad para ser pasible de tarjeta amarilla: fue en una acción menor, a muchísimos metros del arco.
Se equivocó en la jugada en que amonestó a Agustín Bolívar. Por la entidad de la falta, debió haberle enseñado la tarjeta roja, se quedó corto, entonces, con la sanción disciplinaria.
NO INCIDIÓ EN EL RESULTADO
Como conclusión del análisis, vale dejar de manifiesto que el trabajo de Abal no incidió en el resultado, por lo que terminó redondeando un arbitraje aceptable.
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