Historia del tren

Por SUSANA BAUTISTA HUALDE
Profesora y vecina de City Bell

Como nieta, hija y sobrina de empleados del Ferrocarril del Sud desde el 1900, y en homenaje a quienes me precedieron recordaré datos sobre el nacimiento del ramal Constitución - La Plata parando en Pereyra.

“El ferrocarril hará la unidad de la República Argentina mejor que todos los Congresos, que podrán declararla única e indivisible, pero sin el camino de hierros que acerque sus extremos remotos quedará siempre divisible y dividida” sostenía Juan Bautista Alberdi.

Cuenta la historia que el 15 de abril de 1884, un año y medio después de la fundación de la ciudad de La Plata, fue fletado el primer tren desde Buenos Aires hacia la capital bonaerense. El mismo partió desde Constitución a las 9.45 y arribó a la ciudad de las diagonales a mediodía. En mayo de 1901 la compañía del Sud se hizo cargo de las líneas ferroviarias que circularon desde Empalme Temperley a La Plata y de la línea que circulaba desde Apeadero Pereyra hasta Villa Elisa. Los poblados fueron surgiendo como nexo entre dos puntos en las cercanías de las estaciones. Tal el caso de City Bell, situada en terrenos cedidos por la Sociedad Anónima, se recuerda que en el primer tren que llego a la estación, viajo Eduardo Bell y familiares, propietarios del casco de la Estancia Grande. El pueblo, según registro de Catastro en el Cuartel 3, fue fundado en mayo de 1914 y hacia 1931 se conformaba con 500 habitantes: familias tradicionales, fundacionales, muchos quinteros, comunidad en contínuo desarrollo con Usina eléctrica, Estafeta Postal, un policía de a caballo velaba por la tranquilidad del lugar Escuela Pública, Destacamento Policial, va conformando pocoa poco una comunidad, un pueblo con sello propio, residencial, saludable, donde el verde, los añosos arboles van modelando a este City Bell que ya celebrara orgullosamente su 104 aniversario manteniendo su calle Cantilo como columna vertebral de un desarrollo comercial importante y el silbato del tren que hoy eléctrico nos traslada al recuerdo del viejo anden y su campana y la voz del guarda que anunciaba a La Plata parando en todas

Desde hace unos pocos días un confortable tren eléctrico azul vuelve a detenerse en el antiguo apeadero Pereyra, nombre este proveniente de la familia Pereyra Iraola con estancias importantes en la zona, el tren especial fletado solo para la familia detenía su marcha y allí descendían familia , personal de servicio, provisiones para pasar el verano, se dirigían a la estancia en lustrosos carruajes que los esperaba para llevaros a sus propiedades. A principios del Siglo XX no podemos llamar pueblo a Pereyra, era un apeadero: estación, torre de agua para abastecer a las locomotoras a vapor, unos prolijos andenes, estafeta postal y una o dos familias, una de esas familias estaba formada por mi abuelo Francisco Di Giovambatista (llegado de Italia en 1852) su esposa María Alvarez y sus once hijos uno de ellos Carlos, mi padre, todos fueron ferroviarios y todos cursaron sus estudios primarios en la estancia donde un maestro francés impartía conocimientos a los niños de la zona. Frente a la estación se encuentra un Colegio religioso en su momento para niñas donado por

Pasa el tiempo avatares políticos, expropiaciones de estancias, cierres de ramales ferroviarios, estaciones cerradas, vandalizadas convirtieron a estos lugares en sitios fantasmales.

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Hoy la electrificación del ramal Constitución La Plata y por ende el tren vuelve a detenerse en la orgullosa y renovada estación Pereyra aunque ya no hay campana ni guarda en uniforme que anuncie la partida: Pereyra a La Plata parando en todas.