Una decena de chicos de entre 10 y 15 años enloquece a comercios y oficinas

En el complejo entramado de delitos que se registra en el área céntrica de la Ciudad, en las últimas semanas se constituyó un nuevo factor de inquietud: menores que protagonizan todo tipos de robos, ya sea en la modalidad de “piraña”, arrebato o con el uso de armas.

La reiteración de episodios puso en alerta a comerciantes y empleados de oficinas públicas, testigos y víctimas durante lo que va del verano de este singular fenómeno entre los que azotan en la zona de mayor concentración de actividades.

A nadie sorprenden los robos. Pero en la gastada capacidad de asombro se hicieron un lugar los testimonios -en casos graficados con imágenes de cámaras de seguridad- sobre nenes en un asalto o en varios arrebatos en días sucesivos en el Centro.

En episodios con palos o armas, se sospecha que hay dirección de mayores de edad

El análisis de datos aportados por el monitoreo público y las tareas que se vienen desarrollando en la Municipalidad con menores en situación de riesgos en la Ciudad, indican que en buena parte de los hechos de las últimas semanas intervinieron los mismos chicos. Según la información que se maneja en la Comuna, son un grupo de menores de entre 10 y 15 años, inimputables para la ley por delitos en los que se los involucra.

“El universo de menores en riesgo puede ser más extenso, pero en los robos de las últimas semanas son siempre los mismos. No son más de 10 chicos que están identificados porque fueron interceptados por la Policía y el personal de la Dirección de Niñez de la Municipalidad en varias oportunidades”, contó una fuente vinculada con las investigaciones.

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Según se indicó, el grupo de niños y adolescentes en cuestión es el que se involucra con el robo de 6 mil pesos, el miércoles pasado a un funcionario de la Subsecretaría de Modernización de la Municipalidad, en 13 entre 38 y 39; en el asalto a la agencia de lotería de calle 50 esquina 2, el 25 de enero; y en la secuencia de arrebatos y robos a comercios -armados con palos en casos- sobre diagonal 74, a la altura de 2, Plaza Italia y 9, del martes pasado.

La investigación en torno de estos y otros casos indica que los más chicos tienen una forma repetida de acción: piden permiso para pasar al baño y en la recorrida de locales y oficinas, si hay algo a la vista y sin custodia, se lo llevan.

En los episodios basados en la intimidación, con palos o armas, se sospecha que hay dirección y compañía de mayores de edad que también forman parte del entramado de delitos en el Centro.

Los chicos pasan el día en el Centro, pero no son de esa zona: viven en dos barrios de la zona sur de la Ciudad. Allí están sus familiares. Hay padres, tíos y abuelos con los que operadores de la Municipalidad tienen diálogo. En un escenario de riesgo social, por estos días buscan convencerlos de retener a los niños en casa, fuera del mundo del delito.

No obstante ese cuadro, la fuente apuntó que el raid por el Centro tiene relación también con las vacaciones. “Son chicos que, en general, van a la escuela. Quizás asistan al comedor. Ahora, en época de receso se los ve más en la calle”, indicó.

Frente al grave panorama en el que aparecen involucrados, la acción del Estado está hoy planteada en un diálogo con los mayores responsables de su círculo familiar y en lo que puedan aportar en la calle los operadores de la Dirección de Niñez, entre los que hay jóvenes que atravesaron la experiencia de la situación de calle y hoy trabajan para la Municipalidad, en el ámbito de la Secretaría de Desarrollo Social.

Admiten en la Comuna que los resultados no son los que esperan en los negocios.

DOS O TRES HECHOS EN UN DÍA

Un funcionario policial de la Región, le dijo a este diario durante uno de los días de recalentamiento de delitos en el microcentro que “con respecto a los menores, hay un problema que es la falta de contención de las familias. Algunas no están, otras sí pero es lo mismo que no existieran o peor que eso. Nosotros solo podemos llevar a un chico a la comisaría, informar a la justicia de menores y de ahí automáticamente lo ponemos en custodia de los padres o los llevamos a un CAT (Centro de Atención Transitoria). En casos, el chico está en la calle, en el mismo riesgo, dos horas después”.

Según esa fuente, los policías se encuentran con los mismos nombres en 2 y hasta 3 partes de actuación por robos en un mismo día.

En este segmento también aparecen menores de otros distritos, atraídos por la Ciudad.

La situación de los menores se monitorea en la calle a diario, según se indicó desde la Municipalidad. Trabajan operadores con una experiencia cercana a la de los niños y adolescentes en riesgo, los policías y también hay seguimiento por el sistema de monitoreo público con cámaras. Allí detectan también situaciones de vulneración de derechos, como por ejemplo, la de adultos que los obligan a pedir limosna.

La Municipalidad asiste a 12 mil niños en situación de vulnerabilidad en La Plata

Según un informe de la Dirección de Niñez y Adolescencia, que depende de la Secretaría de Desarrollo Social de la Comuna, el mapa de riesgo en la Ciudad muestra hoy que 12 mil niños y adolescentes son asistidos por los equipos especializados de trabajo del área, lo que se complementa con intervenciones de profesionales con unas 1.300 familias.

Para esa tarea, la Municipalidad de La Plata tiene diez Servicios Locales de Promoción y Protección de Derechos, distribuidos en distintos barrios de la región, más un grupo de profesionales de la salud. Los equipos están compuestos por técnicos y profesionales.

Del mismo modo, se reciben mensualmente alrededor de 250 familias en la sede municipal, se detalló. A su vez, los operadores de calle realizan recorridas diurnas y nocturnas e intervienen ante situaciones de niños en situación de vulnerabilidad en la vía pública.

Con el objetivo de mejorar el abordaje de la problemática, el Municipio anunció que tiene en construcción la “Casa de abrigo municipal” para niños, niñas y adolescentes entre 12 y 18 años en situación de vulnerabilidad.