En el primer lunes de febrero volvieron los manteros a ocupar Plaza San Martín

Entre ocupaciones para el uso comercial con la vuelta ayer de los manteros, procesos de restauración que no se terminan de plasmar, piezas de alto valor patrimonial en estado de abandono y deficiencias en materia de seguridad, la plaza San Martín atraviesa desde hace meses un período deslucido de su más que centenaria historia.

Se trata de una etapa oscura, metafórica y literalmente: a partir del crepúsculo, el aspecto poco acogedor del espacio verde platense más céntrico de todos invita a pasar lo más lejos posible, a pesar de la reciente instalación de un puesto de vigilancia policial de cara a la avenida 7.

La reaparición explosiva de los vendedores ambulantes, después de un altamente conflictivo diciembre y la “tregua” de enero, marca que el fenómeno se resiste a ceder ante los operativos municipales y que los manteros no están dispuestos a ceder el amplio sector de la plaza -casi una tercera parte- que hicieron propio para montar periódicamente una suerte de “saladita” a cielo abierto.

Mientras la Comuna avanza con su plan de acondicionar un espacio en la periferia del casco histórico -cuya ubicación se guarda celosamente- para ofrecer a los ambulantes como espacio de “reconversión laboral” a cambio de que dejen de copar las veredas y plazas, éstos parecen multiplicarse. Tal como se preveía, enero vio partir a muchos de los manteros hacia enclaves turísticos para hacer lo suyo, pero la mayoría ya está de vuelta.

Desde la Municipalidad se afirma que “los controles sobre la venta ambulante ilegal se mantienen activos”, y que “los procedimientos se desarrollan de manera diaria y sorpresiva en avenida 7 -incluyendo plaza San Martín-, calles 8 y 12, diagonal 80 y avenida 137, en Los Hornos”.

“Con esta modalidad se logró reducir a la mitad la presencia de puestos de venta ambulante ilegal en la Ciudad” aventuró Roberto Di Grazia, secretario de Convivencia y Control Ciudadano, “pero aún queda camino por recorrer”.

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El funcionario destacó que “se están gestionando predios para contener a feriantes y vendedores otorgando las garantías de seguridad correspondientes para el montaje de una feria”.

En el plano urbanístico y patrimonial, la plaza padece la falta de mantenimiento de su monumento principal -la estatua ecuestre del Libertador José de San Martín-, y de la emblemática Glorieta, despojada de sus rejas originales y alejada de su función original -la de Pabellón de la Música-. Además, se ha quedado a oscuras en varias ocasiones y está “en obra” desde hace semanas, sin avances notorios.

En la Comuna hablan de tareas en marcha que incluyen la reparación, desmonte y nivelación del terreno para la colocación de conchilla; apertura de zanjas; construcción de cordones de hormigón para contención de césped; colocación y distribución de tierra negra; resiembra de césped; y reforestación con agapantos, magnolias, rosas, tilos, castaños de la India y ceibos.

Además, se dijo, se renovarán las veredas con contrapisos de hormigón y baldosas, y se construirán cuatro rampas nuevas para discapacitados. Se pintarán y repararán los juegos, y repararán los baños públicos que están en el “subsuelo”. Además, se reemplazarán las columnas de alumbrado por nuevas luminarias con tecnología LED, se colocarán cestos de residuos y “habrá un nuevo cartel con el nombre de la plaza”.