El acatamiento al primer día del paro docente desató una fuerte polémica en la Provincia
Edición Impresa | 6 de Marzo de 2018 | 04:09

La escasa incertidumbre que quedaba ayer entre las familias platenses que apuestan por la educación pública tuvo una resolución cantada; una vez más, la decimo séptima en veinte años, el paro docente se impuso sobre el inicio en tiempo y forma de las clases. La evaluación de los índices de acatamiento de la medida de fuerza, que continuará hoy, varió significativamente según la fuente: mientras los gremios hablaron de un 85 por ciento, el Gobierno estimó una adhesión inferior al 50 por ciento.
La moneda de la puja paritaria que se viene desarrollando desde hace un mes cayó del lado de la huelga, como ocurre, en promedio, en cuatro de cada cinco o seis temporadas. La jornada también incluyó un paro de los maestros privados, al que desde diferentes sectores se le atribuyó un acatamiento poco contundente, y algunas quejas (ver aparte) por deficiencias en equipamiento e infraestructura.
Desde muy temprano, los accesos a las escuelas locales se poblaron con padres y alumnos que no habían tenido la oportunidad de verificar cuáles docentes iban a dar clases y cuáles no. Y quienes se enteraban primero, iniciaban las omnipresentes cadenas de whatsapp para advertir a los demás interesados.
Auxiliares, directivos e improvisadas carteleras pegadas en los portones fueron fuente de información, una escena que se repitió en horas del mediodía; así lo verificó este diario en varios de los establecimientos públicos del casco histórico platense, donde si bien se notó una merma en la actividad no hubo parálisis total. En los de gestión privada, en tanto, el paisaje fue virtualmente el de un día “normal”; en las redes sociales, las fotos de chicos con uniforme iniciando el período lectivo 2018 predominaron por sobre las de aquellos con guardapolvos.
Desde la dirección general de Cultura y Educación bonaerense se precisó que “de los doce mil servicios educativos públicos que hay en la Provincia sólo no abrieron 346, y se pudo confirmar, tras un relevamiento escuela por escuela, que el ausentismo docente fue del 47 por ciento”.
“Alrededor del 70% del sistema educativo funcionó con normalidad” afirmaron los portavoces, que aclararon que “en el terreno de la educación privada el presentismo es de más de 97 por ciento”.
Las clases comenzaron formalmente ayer para los niveles inicial, primario y primer año de secundario del universo de colegios bonaerenses, que tiene un 60 por ciento de participación estatal -2.148.340 alumnos- y un 40 por ciento en manos privadas -con 1.401.842 estudiantes-.
Desde la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB) se caracterizó al paro de 48 horas, que hoy tendrá su segunda mitad, como “resultado de la falta de diálogo por parte del gobierno provincial, que ha intentado demonizar a los docentes y a sus representantes”. Y se le adjudicó una adhesión del 85 al 90 por ciento, en sintonía con relevamientos propios.
Mirta Petrocini, titular del gremio, sostuvo que “el compromiso asumido en la última paritaria era comenzar a discutir la estructura salarial en noviembre de 2017, pero nunca nos recibieron. Recién se dio la primera reunión salarial el mes pasado, con tres propuestas idénticas que no dieron respuesta a las genuinas necesidades del sector”.
“Sabemos que hoy” -por ayer- “muchos docentes han tenido que ir a trabajar, incluso apoyando la medida de fuerza, porque un día de descuento les significa no poder pagar la luz o el gas o poner un plato de comida en la mesa” agregó la dirigente: “más de la mitad de los docentes se encuentra por debajo de la línea de la pobreza”.
OFERTA Y DEMANDA
Los sindicatos piden un 20 por ciento de aumento y “cláusula gatillo” para no perderle el tranco a la inflación. Pero la Provincia ofreció un 15 por ciento en tres tramos -enero, mayo y septiembre-, un premio por presentismo de 6.000 pesos para quienes no falten en todo 2018 -acaban de pagárseles $4.500 a 35 mil maestros que no faltaron en 2017-, y dejar la puerta abierta a una revisión de los números en octubre próximo -sin formato “gatillo”- si las subas del costo de vida lo hacen imprescindible.
Si bien el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza, no descartó alcanzar un acuerdo porque “las diferencias no son sustantivas”, y pidió que “no haya intransigencia o caprichos”, la medida de fuerza en curso la decretaron el viernes pasado Suteba, FEB y Udocba, entre otros nucleamientos gremiales, ante el fracaso de las negociaciones paritarias hoy en “stand-by” y sin fecha confirmada de reanudación.
El cese de actividades coincidió con la movilización nacional que se realizó ayer en la capital federal (ver aparte) a instancias del sindicato CTERA en reclamo de la reimplantación del esquema de paritaria nacional desactivado en 2017 y recientemente derogado por decreto.
MONEDA CORRIENTE
Entre 2010 y 2017, los alumnos bonaerenses perdieron una jornada de clases cada 13,58 días. En ese período hubo 106 huelgas, es decir, 13,25 por año.
El año pasado, en un hecho sin precedentes, la paritaria dio comienzo el 6 de febrero y el acuerdo se suscribió tres meses después, a inicios de julio. El gobierno comenzó ofreciendo un 18 por ciento de aumento en cuatro cuotas ante un frente gremial que pedía, como mínimo, un 25 por ciento.
De los últimos veinte años, el ciclo lectivo arrancó según lo planeado solamente en tres o cuatro ocasiones. Dos de ellas se dieron en 2010 y 2011. Luego llegaron años muy conflictivos como el 2012, el 2013 -cuando el acuerdo salarial se firmó en junio- y los mencionados 2014 y 2015. Recién en 2016 los chicos volvieron a la escuela sin paros.
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