Otra jugada estratégica para frenar la ofensiva de la oposición

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Por MARIANO SPEZZAPRIA
@mnspezzapria

Después de elucubrarlo durante el fin de semana, con varias charlas telefónicas mediante, el Gobierno nacional puso en marcha ayer una nueva estrategia para frenar la arremetida de la oposición contra el aumento de tarifas, que incluyó sendos mensajes del presidente Mauricio Macri y de la gobernadora María Eugenia Vidal en la búsqueda de que las Provincias se hagan cargo del bache fiscal que implicaría bajar impuestos contenidos en las boletas de gas, luz y agua.

Los estrategas de Cambiemos implementaron de ese modo una jugada a dos bandas: la primera busca que la población no internalice la idea –desparramada por la oposición- de que el presidente Macri es un gobernante “insensible” frente a los problemas económicos, para lo cual es indispensable la intervención de la gobernadora Vidal; la segunda es que los mandatarios provinciales del PJ sientan la presión política que ahora les dirigirán sus propios gobernados.

Es que la reducción de los montos de las facturas en un promedio del 15% -según anunció ayer Vidal en el caso bonaerense- representa una contribución significativa para que los consumidores de los servicios de gas, luz y agua puedan pagar las facturas, que se estima serán abultadas en los bimestres mayo-junio y julio-agosto, los de mayor consumo anual. La idea original había sido del gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, quien la acercó a la Casa Rosada la semana pasada.

Pero sin el peso específico de la provincia de Buenos Aires, particularmente de la gobernadora Vidal –la dirigente con mejor imagen en el oficialismo-, difícilmente el presidente Macri y su ministro de Energía, Juan José Aranguren, hubieran logrado algún consenso con los mandatarios del PJ y el socialista santafesino Miguel Liftchitz. De hecho, antes de la reunión del Consejo de Energía se registraron declaraciones críticas algunos mandatarios, como salteño Juan Urtubey.

En este contexto, la secuencia de los mensajes que Macri y Vidal dieron ayer no resultó casual: el Presidente habló desde el yacimiento de Vaca Muerta, en Neuquén, con toda la estética de un discurso en cadena nacional pero al aire libre; la Gobernadora había convocado a una conferencia aquí en La Plata a las dos de la tarde y debió postergarla hasta después de las cuatro porque se demoraba la aparición del jefe de Estado. Al fin de cuentas, igualmente el tándem funcionó.

De hecho, el nudo del discurso de Macri pasó por pedirle a las provincias y los municipios que eliminen impuestos jurisdiccionales que cargan en las facturas de los servicios, mientras que Vidal destacó el aporte que hace la Nación para brindar la tarifa social a jubilados, discapacitados, pensionados, beneficiarios de planes sociales y monotributistas bonaerenses, que abarca nada menos que 1.600.000 familias en el caso de la energía eléctrica y otras 900.000 en el del gas.

Macri dio ayer otro argumento de peso para justificar el aumento de tarifas: el déficit total de la Nación fue de 400.000 millones de pesos en 2017, de los cuales 125.000 millones fueron destinados al pago de subsidios en el área energética. Pero más allá de los argumentos económicos que dio el Presidente, los bloques opositores de la Cámara de Diputados buscarán sesionar nuevamente mañana para imponer sus propios proyectos de reducción tarifaria.

Tanto en el Congreso nacional como en la Legislatura bonaerense se asociaron el peronismo no kirchnerista –que responde a los gobernadores y a los intendentes- con el Frente Renovador. Desde esta fuerza que lidera Sergio Massa indicaron ayer que la propuesta que Vidal plasmó en un decreto ya la habían presentado ellos con antelación, mientras que a nivel nacional le reclamaron a Macri que avance con la eliminación del IVA en las facturas de los servicios de agua, luz y gas.

 

 

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