Los arroyos de la Región necesitan algo más que obras

Edición Impresa

Sucesivos diagnósticos y dictámenes científicos confirmaron en las últimas décadas que los altos niveles de degradación ambiental que afectan a los arroyos de la Región -causada no sólo por la acumulación en sus lechos de todo tipo de residuos orgánicos sino por el vertido de sustancias inorgánicas contaminantes, así como por acciones clandestinas de deforestación- se traducen en efectos muy nocivos para la calidad de vida de miles de habitantes. Informes de la Universidad local y de valiosos organismos técnicos no dejaron dudas acerca de la presencia de un panorama disvalioso en lo que concierne al estado de esos cursos de agua.

En ese contexto cobra importancia la reorganización del sistema de mantenimiento y limpieza de los arroyos dispuesta en fecha reciente, con la conformación de la llamada mesa de trabajo interjurisdiccional integrada por representantes de los municipios de nuestra zona y del gobierno provincial. Ese comité se encargará de verificar periódicamente el mantenimiento y la limpieza de los cursos de agua, mientras planificará -según se indicó- la ejecución de obras complementarias de los grandes conductos y canalizaciones que avanzan en diferentes frentes.

Tal como se informó, llevar a cabo un control más consistente y continuo sobre el estado de los arroyos de la Región apuntará, en forma esencial, a asegurar un mejor escurrimiento de las aguas en caso de tormentas. Asimismo, entre las principales definiciones, se acordó reforzar el mantenimiento en el arroyo Regimiento; ajustar los tramos de limpieza en El Gato, Pérez, Martín, Azul y Maldonado; y avanzar en la coordinación conjunta de operativos especiales ante eventos climáticos.

Se explicó también que el esquema organizativo vigente se sustenta en convenios entre la Provincia y diversas cooperativas, que son las encargadas de realizar las tareas diarias; de ahora en más, no sólo se ampliarán las áreas de intervención sino que también se aumentarán los controles sobre dichos trabajos, con relevamientos semanales.

Sabido es que existen no pocos lugares, vecinos a los arroyos, que han sido declarados zona protegida, sea por el valioso arbolado o por otras bondades naturales que valorizan a esos sectores. Inclusive en esos lugares se han conformado núcleos vecinales que se encargan de preservar a esos verdaderos paseos, constituidos en motivos de atracción para muchos visitantes.

Además de los de estricta naturaleza medioambiental –ya que, ciertamente, resulta inexplicable que persistan en funcionamiento irregular algunos establecimientos que vierten sustancias poderosamente tóxicas sobre los cursos de agua, no faltan argumentos para reclamar que se actúe con especial cuidado y con mucha continuidad en las imprescindibles tareas de control y mantenimiento que deben desplegar tanto los municipios como los organismos provinciales con incumbencia.

Además de ponderar el monitoreo –y en ocasiones, hasta las acciones concretas de limpieza y desobstrucción- que realizan numerosas entidades vecinales y ambientales, corresponde reclamar que se concreten todas las acciones oficiales prometidas en favor de la cuenca local, tanto las que se refieren a las grandes obras hidráulicas como al control cotidiano del estado de los arroyos.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE