El denominador común es la incertidumbre

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Por ALEJANDRO ALBANO
Referente de los inundados

Otra vez los vecinos de diferentes barrios se enfrentan a la incertidumbre de cómo los tratará la lluvia: ese es un denominador común en la Ciudad. Hace tiempo que varias asambleas vienen reclamando al Municipio el establecimiento de un plan de contingencia que sea conocido por todos, un sistema de alerta temprana que dé alertas no sólo hidrológicas, sino que advierta a cada barrio cómo lo afectará una lluvia, con el debido tiempo para poder tomar las medidas de protección necesarias.

Se intenta explicar este último eveto solamente por la cantidad de lluvia caída y el cambio climático, pero de las obras que falta realizar no se dice mucho. Los vecinos dan testimonio del abandono en el mantenimiento del arroyo; esto ya fue reflejado en la pasada inundación del 28 de abril y ahora, luego de producido este nuevo episodio, afirman que se hacen presentes las máquinas para sacar las ramas y la basura, que claramente son una de las causas de la acumulación de agua en el canal.

Dentro del plan de obras dispuesto luego de la inundación del 2 de abril para el curso del arroyo Maldonado encontramos tanto obras neutralizadas como otras en muy bajo volumen de ejecución. Esto genera un claro cuello de botella. El intendente, en declaraciones a los medios, puso énfasis en que no existen obras paradas. Parecería que no le está llegando información adecuada. Los vecinos le proponemos hacer una recorrida por las diferentes obras que se encuentran frenadas por diversos motivos. Esto, obviamente, genera un mayor problema en el drenaje de los excedentes que no pueden ser canalizados por los pluviales.

Otro tema importante es que, desde el 2 de abril de 2013, dichos pluviales se encuentran analizados solo en el 45% de la red; que no se ha avanzado en una licitación para la resolución de todos los problemas que detectó dicha evaluación, y que no se tiene información de cuándo se va a encarar el análisis del 55% restante.

Debemos concluir que nuestra ciudad es una ciudad inundable, y en función de reconocer esta realidad, se deben encarar planes de contingencia que sean trabajados con los vecinos. Ninguno mejor que ellos sabe cómo se comporta el agua en su territorio, además de identificar las características propias de cada barrio.

 

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