Un seguimiento que casi no permite horas de descanso

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Ruben Morales, uno de los cuidadores nocturnos de la elefanta Pelusa, que está atravesando horas cruciales, contó algunos detalles del cuidado full time que se lleva a cabo en el zoológico local.

“Hay dos cuidadores a la mañana, cuatro a la tarde y somos dos los que nos quedamos a la noche”, dijo Morales, quien dijo entre otros detalles que llegó a recibir “un trompazo” del ejemplar que pesa 3.200 kilos y lo hizo rodar unos cuatro metros, cuando Pelusa sólo caminaba y descansaba por las noches parada.

A la elefanta le encanta comer bananas, zanahorias y no tanto las naranjas. En base a estos datos, se le da una dieta en base a premios, para que también coma proteinas, que basicamente la encuentran en el pasto y las cortezas.

“Pitu”, como le dicen al cuidador contó que “dejé una reunión de amigos cuando me contaron lo que había ocurrido con Pelusa y desde entonces me quedé al lado de ella. Armamos un grupo de whatsapp con el nombre Pelusa entre cuidadores, veterinarios y funcionarios para seguir paso a paso su evolución, con información y fotos a cada instante”.

 

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