Carajo en la Ciudad: "Hacemos música visceral pero le ponemos luz"

El trío presentará su único show en La Plata esta noche, donde repasará sus 15 años de existencia

Carajo vuelve a la Ciudad para realizar un único show en este 2018: esta noche, desde las 20 en la sala ubicada en 58 entre 10 y 11, el trío de punk rock nü metal argentino integrado por Marcelo "Corvata" Corvalán en bajo y voz, Andrés "Andy" Vilanova en batería, y Hernán "Tery" Langer en guitarra revivirán sobre el escenario “toda nuestra historia”.

“Tocamos una especie de primer grandes éxitos”, avisa “Corvata” en diálogo con EL DIA, para quien los 15 años de la banda significaron un momento de quiebre: el público se desdobla hoy entre los históricos fieles y las nuevas generaciones que se acercan al sonido virtuoso, luminoso y poderoso del trío, a quienes les ofrecerán lo mejor de la trayectoria de la banda antes de avanzar “hacia una etapa de renovación”.

Porque, por un lado, dice Corvalán, “ya no somos más los pendejos que empezaron, tenemos una madurez como banda que se nota”; además, agrega, “siempre hay una nueva búsqueda en cada disco”; y, por último, “en cada trabajo se nota el momento de la banda y de lo que pasa afuera, como sociedad, como país. Estas nuevas canciones traen un poco eso”.

Nacida en 2001 a la sombra de la implosión del país, Carajo siempre reflejó la realidad a través de sus letras. La banda, de hecho, se dio a conocer al público con “Sacate la mierda”, una especie de himno de aquellos años de corralitos, piquetes, mil presidentes e incertidumbre. Y “en vez de quedar como una anécdota, cobra cada día más sentido, parece que lo escribiste ayer”, se ríe Corvalán.

Banda de crisis en un país eternamente en crisis, “la música es lo unico que nos queda como propio, algo que podemos crear y compartir, que nos ayuda a desahogar esas sensaciones tristes o trágicas, a nosotros como al que escucha: el oyente muchas veces se abraza a canciones que reflejan lo que ellos están viviendo”.

“El arte siempre ha sido así”, opina el bajista, “en épocas de crisis ha salido a levantar la bandera de los sin voz, de los menos escuchados”: de allí nace la “marca registrada” de la banda, que mezcla la oscuridad del sonido del rock pesado con el empuje de sus letras. “Hay una fuerza mezclada entre la bronca que generan ciertas cosas y la actitud de plantar bandera”, describe la voz de Carajo, y explica que “cuando hablamos del sentir de la gente, arrancamos siempre desde lo negativo, pero intentamos cerrar las canciones desde lo positivo: ya sabemos lo que está mal, ahora nosotros, cada día, entre todos, queremos empezar a cambiar la historia”.

Esa es la “vuelta de rosca” que encontró Carajo a su propuesta: “Hacemos música bien fuerte, visceral, que puede sonar agresiva, la distorsión, la intensidad, la velocidad; pero intentamos que eso no se vuelva negativo, o algo oscuro. Queremos ponerle luz, un mensaje positivo, que se sienta el amor dentro de ese torbellino musical”.

Pero ese estilo, que, acepta Corvata, “sí, más violento, más distorsionado”, sin embargo, ha puesto a la música pesada lejos del mainstream. “Es que la idea era justamente salir contra el establishment, decir 'a nosotros ni nos interesa salir en la radio, aparecer en un ranking: venimos a hacer esta música horrible para que nos dejen de joder, no queremos estar persiguiendo la zanahoria'. Eso hizo poderoso al género en sus inicios y se mantiene: por ahí no se escucha en la radio, no se ven los videos, pero hay gente que ama este estilo de música, que es fiel a este estilo”.

Ese público fiel, dice Corvalán, es una de las claves de la permanencia de Carajo y de la permanencia también, siempre agazapada, del heavy: “Ahora hay un furor con estos ritmos tropicales, que han llegado tarde acá y que hay que ver cuánto duran: los medios se dedican a difundir esto, pero eso no quiere decir que el heavy metal esté muriendo; el heavy está cómodo donde está, sin toda la exposición y sin entrar en las reglas del juego del mainstream”.

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