Medidas frente a los desafíos que plantea el cambio climático

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El evidente cambio climático que se registra en todo el planeta, con temperaturas récords y olas de calor extremo, traducidas en incendios forestales, tormentas e inundaciones, justifican el alerta lanzado en las últimas horas por el secretario general de las Naciones Unidas, cuando advirtió que el mundo enfrenta “una amenaza directa a su existencia”. El dirigente reclamó que para 2020 se dejen de usar los combustibles fósiles para evitar que el cambio climático se vuelva incontrolable.

En verdad, hace ya más de dos décadas que los especialistas instan a las naciones a que adopten profundos cambios en las políticas vigentes para atender las catástrofes climáticas. Ahora, el jefe de la ONU reclamó que se frenen las letales emisiones de gases de efecto invernadero e impulsar acciones preventivas.

Como ejemplos, mencionó al estado de Kerala, donde ocurrieron las peores inundaciones monzónicas en la historia reciente de la India; los casi 3.000 fallecimientos causados por el huracán María en Puerto Rico el año pasado; la desaparición del hielo en el Océano Ártico y algunos incendios forestales tan grandes que arrojan ceniza a la atmósfera de todo el planeta.

Aludió asimismo al incremento en la acidez de los océanos que amenaza las cadenas alimenticias, y los elevados niveles de dióxido de carbono en la atmósfera que ponen en riesgo la seguridad alimentaria de miles de millones de personas. Si no cambia el rumbo para 2020, agregó, habrá consecuencias desastrosas para los seres humanos y todos los ecosistemas.

Está claro que se habla de fenómenos que se vienen registrando con una intensidad y frecuencia cada vez mayor. También los especialistas advierten que el cambio climático excede a todas las jurisdicciones y que debería inducir y valorar todas aquellas acciones de prevención de las emergencias que se plantean, así como las de adaptación y mitigación de impactos relacionados al cambio climático global.

Se trata de problemas que no sólo permanecen pendientes de solución, sino que, como es lógico deducirlo, se agravan con el correr del tiempo, pues los daños se multiplican. Demasiadas cuestiones trascendentales permanecen irresueltas, como la mejor preservación de los bosques, frenar la desertificación, ampliar las áreas protegidas, así como dotar a las ciudades de equipamientos y recursos para enfrentar y mitigar los desastres meteorológicos, formar recursos humanos idóneos para las eventuales tareas de salvataje y evacuación propias de estas calamidades.

La presencia de estos y otros factores permitiría disponer de estructuras naturales y humanas capaces de moderar las agresiones propias de un cambio climático que, en nuestro país, se está haciendo sentir con cada vez mayor intensidad, tanto en nuestra región como en la Provincia y el resto del territorio argentino. Extremar esfuerzos en todos los niveles para minimizar los impactos negativos se traducirá, también, en una inevitable mayor protección de los recursos naturales hoy amenazados por los cambiantes caprichos climáticos.

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