Ya mostró dos caras de una moneda, ¿cuál es Estudiantes?
Edición Impresa | 27 de Septiembre de 2018 | 03:21

Este nuevo Estudiantes, con varios jugadores juveniles y otros tantos experimentados, mostró dos caras en el segundo semestre del año. Durante su participación en tres competencias fue un equipo bien diferente en los primeros partidos y en los último. ¿Cuál es el verdadero?
La decisión dirigencia fue clara para esta segunda parte del año: achicar todos los gastos que sean posibles y apostar por un equipo juvenil y con pocas pretensiones de pelear los primeros lugares “pero sin dejar de ser competitivos”.
En ese camino sorprendió -para bien- lo mostrado en sus primeras presentaciones. Aplastó a Central Córdoba de Rosario por la copa Argentina (4-0), le ganó a Gremio (último campeón) por la Copa Libertadores 2-1 en la cancha de Quilmes y perdió (sin merecerlo) y luego derrotó a Boca por la Superliga, también 2-0. El último capítulo fue con un paso en falso: derrota 2-1 ante Belgrano, con el atenuante de haber jugado con mayoría de suplentes.
Muy sólido Mariano Andújar en el arco, firme Gastón Campi en la defensa, sin fisuras Iván Gómez en el medio, la recuperación futbolística de Fernando Zuqui y Lucas Rodríguez, más la presencia goleadora de Francisco Apaolaza. Sin destacar, todavía, a su mejor aparición: Matías Pellegrini.
Esquema simple (4-1-4-1), con mucho juego interior, presión constante y un juego de contragolpe letal para sus rivales. Si hasta quedaron en el olvido todos los jugadores que se habían marchado y los “experimentados” sentados en el banco de los suplentes.
En el primer mes los resultados conformaron y despejaron las dudas iniciales respecto al desempeño del técnico y de jugadores con poco rodaje. El balance fue mucho más positivo de lo imaginado.
La tormenta que todavía no se fue
Pero todo cambió después de la derrota por penales en Porto Alegre. Desde entonces el Pincha jugó tres partidos y medio más, con un empate, una derrota y medio partido igualado en un tanto. Lo peor, su actuación.
Primero empató 2-2 contra Independiente, un partido que se jugó unas horas después del partido en Brasil y con el atenuante del cansancio. Ganaba el Pincha 2-0 y el Rojo se lo empató.
Peor le fue en la Copa Argentina. Porque Luján, un rival de la Primera C, le dio un dolor de cabeza. POr momentos lo expuso táctica y futbolísticamente. Estudiantes recién lo superó en los penales, porque en los 90 minutos reglamentarios no le generó más de tres situaciones de gol. ¿La excusa? La superposición de partidos y todo lo que les cuesta a los equipos de Primera enfrentar a otro de una categoría inferior.
El punto más bajo lo mostró ante Aldosivi, en Quilmes. Perdió 2-0 con un penal muy dudoso. Pero no tuvo excusas esa noche. El equipo repitió todo lo malo de los partidos anteriormente mencionados: fragilidad defensiva, poca conexión en la mitad de la cancha y una alarmante falta de confianza que se transmitió de adentro para afuera. No fue muy distinto lo mostrado ante Defensa y Justicia el sábado pasado. Pero tuvo la lucidez de empatarlo cuando parecía que la derrota era una fija.
Ahora contra Newell’s todos los ojos estarán puestos en el equipo. ¿Volverá el de las primeras fechas? ¿Otra vez serán desequilibrantes los rapiditos de mitad de cancha para atrás? ¿Es este el esquema y los jugadores que deben estar? Preguntas que se responderán luego del partido, que no será uno más.
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