En Olmos advierten que “los robos se multiplicaron por 20”

Desde “hace unos años”, en Lisandro Olmos el delito creció exponencialmente, aseguran vecinos y comerciantes de la zona. Entraderas, asaltos a mano armada, escruches y hasta ladrones con uniformes de la policía: “Acá pasa de todo”, se quejó uno de los damnificados.

La situación recrudeció en el último tiempo, según le explicaron a EL DIA, y en la actualidad hay sectores particulares de la localidad que se encuentran en un estado de “alerta constante”.

Tal es el caso de las cuadras comprendidas en la avenida 44, desde 194 a 198. Esa sección, en la que mayormente se emplazan negocios de todos los rubros, es de las más golpeadas por los delincuentes.

Oscar tiene su panadería, desde hace 20 años, en 44 entre 196 y 197. “Nunca tuve un problema”, le aseveró a este medio.

Sin embargo, el sábado por la mañana su experiencia cambió por completo. Durante los fines de semana, la confitería abre sus puertas al público un poco más temprano de lo habitual para “atender a los clientes que se van a pescar o salen a la ruta temprano”.

Eran las 5.30 cuando dos “policías” se presentaron en el local. Uno ingresó y encaró hacia Oscar, mientras que el otro permaneció unos segundos afuera.

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Ambos vestían “el uniforme completo, con chaleco, gorra, todo”.

“El que entró me pidió algo para limpiarse porque tenía los brazos lastimados. Me dijo que era porque habían estado corriendo a un chorro”, señaló el vendedor.

“Entonces -prosiguió- le dije que podía agarrar unas servilletas que había sobre el mostrador, porque no tenía un trapo rejilla para darle. Después me preguntó si le podía dar alcohol, que tampoco tenía”.

Los vecinos preparan una movilización para pedir seguridad en la zona

Mientras se “limpiaba”, dio unos pasos en dirección a la puerta de entrada, donde lo esperaba su cómplice.

Tras hacerle una seña, volvió hasta el escaparate y solicitó más servilletas “para que se limpie mi compañero”.

Hasta ese momento, Oscar nunca intuyó las verdaderas intenciones de los dos presuntos oficiales. Es más, la cara de su interlocutor le pareció conocida, “de haberlo visto en la panadería en otra oportunidad”.

Fue ese hombre quien, desenfundando un revólver, le apuntó, martilló y lo amenazó: “Dame la plata hijo de puta, dame la plata porque te voy a limpiar”. También le exigió el celular, a lo que Oscar se negó por tener fotos familiares.

El ladrón aceptó dejarle el teléfono y se fue “para el lado de la caja, rompió todo y se terminó llevando cerca de tres mil pesos”, relató el comerciante.

En tanto, dos personas, una mujer y un joven, se acercaron a comprar, pero el segundo sujeto los alejó con la excusa de que se encontraban realizando un procedimiento por robo.

Con el dinero en su poder, escaparon en dirección a 197 y doblaron hacia 43, donde se perdieron de vista.

Oscar salió a perseguirlos en su camioneta, pero no los alcanzó.

“VAMOS A SALIR A MARCHAR”

“Tengo una impotencia tremenda, pero la verdad es que la saqué barata. El que me apuntó estaba drogado”, sostuvo Oscar.

Tras hacer la denuncia, espera que la cámara municipal que funciona en la esquina de 44 y 197 aporte algún dato certero sobre los ladrones. Además, “hay otras en los negocios de la zona, que también las vamos a revisar”, añadió.

En el barrio se hacen reuniones por la inseguridad y ahora esperan concretar una fecha para llevar a cabo una manifestación para pedir medidas concretas.

Otro vecino, que también posee un negocio en la zona y prefirió no dar su nombre, indicó que “está muy complicada la situación y ya no veo ni un móvil patrullando”.

En ese sentido, afirmó que se producen “muchos robos, se han multiplicado por 20 los hechos de inseguridad”.

“La semana pasada le barretearon las cortinas de metal a un local en construcción para entrar a robar. Unos días antes hubo una entradera en una casa y en 44 y 197 también atacaron un Rapipago”, detalló.

Asimismo, se refirió a los asiduos episodios de violencia que tienen como víctimas a los quinteros de la localidad, a quienes “les viven robando, los golpean y a veces cosas peores”.

Una de las preocupaciones que tienen los frentistas es “la bandita” de jóvenes que, aclaran, actúa por la calle 198. De acuerdo al testimonio, “entran por el fondo” de esa arteria y “se mueven por 42 a 44”.

“La inseguridad que se vive es tremenda”, culminó.

CAMBIO DE COMISARIO Y RECLAMOS

El 15 de enero, la comisaría de Olmos cambió de titular. El anterior, Fernando Quintana, fue desafectado “por una causa vieja de Quilmes”, trascendió de fuentes oficiales.

Gerardo Pérez Palacios, quien se desempeñaba en la delegación de Villa Elisa, quedó a cargo de forma interina.

No obstante, los vecinos denuncian que la Comisaría Decimoquinta “está abandonada desde hace muchos años”.

“Sabemos que falta personal y que no hay móviles. Por eso estamos viendo de marchar al Ministerio” de Seguridad, exclamaron.

Por otra parte, indicaron que solicitarán hablar “con la gente del municipio” debido a que “nos sacaron agentes de la Local y nunca los repusieron. “No tenemos ninguna solución de nadie”, lamentaron.

Como sucede en otros sectores de la Región, entre los afectados hay distintos grupos de WhatsApp que sirven para “estar todos comunicados, darnos una mano y alertarnos por si pasa algo”, agregaron.