El temor de Bolsonaro

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RÍO DE JANEIRO

Marcelo Silva De Sousa

Agencia AP

¿Puede Brasil ser el próximo país alcanzado por la ola de protestas y convulsión social y política que ha afectado a buena parte de Latinoamérica? La pregunta parece inquietar al gobierno de Jair Bolsonaro, que comenzó a mostrarse dispuesto a endurecer las medidas represivas e incluso adoptar métodos de la última dictadura para contener posibles desbordes.

Bolsonaro admitió que un proyecto de ley que exime de culpa a agentes de seguridad y militares que cometan algún exceso prohibido por ley durante operaciones especiales podría ser aplicado para evitar protestas.

“Protesta es una cosa. Vandalismo y terrorismo es otra completamente diferente. Si van a incendiar ómnibus y bancos, invadir ministerios, eso no es una protesta. Si el congreso apoya lo que estamos pidiendo, esas protestas van a ser simplemente impedidas’’, dijo el presidente a la prensa local.

Bolsonaro había sido consultado sobre si existe relación entre el proyecto del gobierno, llamado de “excluyente de ilicitud”, y algún intento por evitar en suelo brasileño manifestaciones similares a las que sacuden a vecinos como Chile y Bolivia.

En la misma sintonía que el presidente, el ministro de Economía brasileño Paulo Guedes también dijo que “no se asusten’’ si alguien pide al gobierno que aplique tácticas de la dictadura para controlar las calles ante un eventual escenario de “caos” similar al que sacudió a varios países de Latinoamérica. Según los analistas consultados por AP, el gobierno se muestra temeroso de que se produzcan protestas análogas a las de otros países, pero resaltaron que en lo inmediato no existen señales de que pueda haber masivos movimientos de protesta. Además, destacaron la influencia que puede adquirir el ex presidente Lula -liberado el pasado 8 de noviembre- para conducir a descontentos con el gobierno en las calles.

“Hay un potencial de insatisfacción grande alimentado por la retomada lenta de la economía, pero no existe en este momento una coalición de fuerzas capaz de movilizar masivamente a la población contra el gobierno’’, dijo Paulo Calmon, politólogo de la Universidad de Brasilia.

 

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