La discusión educativa: ¿una estrategia electoralista?
Edición Impresa | 7 de Febrero de 2019 | 03:40

Por MIRTA PETROCINI (*)
Las Mesas Educativas Distritales, lanzadas en los últimos días por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, configuran un intento más por instalar la idea de diálogo y participación, dejando fuera a los principales actores del sistema educativo: los docentes y sus representantes.
Esta estrategia no es nueva, ya que el Gobierno ha tratado sistemáticamente de separar a la representación gremial de sus propios representados, como si los gremialistas no fuéramos docentes y no entendiéramos la dura realidad del sector.
En este contexto, las Mesas Educativas parecen más una estrategia electoralista que un verdadero intento por establecer una discusión integral de los problemas del Sistema Educativo.
El brief difundido por el Gobierno establece la figura del referente de sección para recibir la información y difundir las acciones de dicha Mesa, en un claro ejemplo del carácter electoralista de la iniciativa. La Provincia tiene establecidas Regiones Educativas, mucho más pertinentes para esta tarea.
Asimismo, las autoridades pretenden impulsar, a través de estas Mesas, una movilización en defensa del inicio de clases, como si los gremios nos opusiéramos a que las clases comenzaran con normalidad.
Terminamos el 2018 solicitando la urgente convocatoria a la Paritaria durante enero, para continuar debatiendo la realidad del sector y no obtuvimos respuestas. El Gobierno dejó pasar un tiempo valiosísimo de discusión.
Ya iniciamos febrero y, a pesar de una promesa de convocatoria, la única certeza con la que contamos es que el Estado intenta alejar del debate educativo a los docentes y utilizar un tema tan sensible como la Educación con miras a las próximas elecciones.
Entre los objetivos de estas Mesas, se encuentra la identificación de las problemáticas educativas de cada distrito. Dos veces concurrimos durante 2018 a la Gobernación y a la Dirección de Educación con la intención de entregar un relevamiento con miles de problemas de infraestructura. Pero nos cerraron las puertas en la cara.
La desidia hizo que tuviéramos que lamentar la muerte de Sandra y Rubén, situación que podría haberse evitado si en alguna de esas oportunidades se nos hubiera escuchado. Entonces, se evidencia que no existe una verdadera vocación de diálogo, sino la utilización de la cuestión educativa con el doble fin de desprestigiar a los gremios y de instalar en la sociedad la idea de que las clases deben empezar como sea.
El Gobierno no puede desconocer que los docentes comparten a diario sus materiales didácticos con sus alumnos, que muchas veces no cuentan con lo más esencial y básico para transitar el proceso pedagógico. O que deben fotocopiar boletines o recurrir al servicio de internet de sus hogares para realizar gestiones que el propio gobierno les pide.
Resulta injusto y hasta ofensivo que se quiera culpabilizar a los docentes y a sus representantes por el deterioro de la Educación Pública.
No podemos olvidar tampoco que fue la intensa lucha de esos mismos docentes la que permitió que, durante el 2018, se rompiera el techo del 15% de incremento salarial sobre el que insistía el Gobierno, con una inflación que, según datos oficiales, superó el 47%.
Hoy, muchos funcionarios dicen que la educación es un bien público. Pero si el Estado no protege ese bien con inversión, no pasa de ser un discurso vacío. Y cualquier acción impulsada por las autoridades se traduce, en este contexto, como un intento desesperado por poner a la sociedad en contra de los docentes ante un posible conflicto.
(*) Presidente FEB
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