Un edificio sufrió dos ataques fallidos en 45 días

Por segunda vez en un mes y medio delincuentes intentaron entrar por el portón del garaje en un edificio que está en las inmediaciones de plaza Brandsen. Pero, por motivos que se desconocen, en uno y otro ataque no pasaron de daños a las cerraduras.

Además de eso, los incidentes dejaron como principales consecuencias el miedo y la preocupación entre los habitantes de esa torre de departamentos, ante la posibilidad de que haya una tercera vez, que sea la vencida.

Según informaron a este diario unas vecinas del edificio situado en 58 entre 24 y 25, el último de esos episodios ocurrió promediando la madrugada del sábado.

En tal sentido, se indicó que fue protagonizado por un ladrón que, durante algo más de dos minutos, violentó la cerradura magnética del portón del garaje. Luego desistió de ingresar en esta propiedad, por motivos que representan un misterio para quienes viven allí.

Ante la eventual posibilidad de que pueda registrarse un nuevo hecho de similares características, los propietarios resolvieron instalar un nuevo portón en el frente del garaje del edificio con personal especializado.

QUEDÓ FILMADO

Valeria (26) vive en el edificio y ayer todavía no salía de su asombro por el frustrado intento de robo del sábado.

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“Fue a las 3 y media de la madrugada (de ese día) y por poco no nos encontramos con él”, dijo, aludiendo a una vecina que “entró con su auto 10 minutos antes”. Valeria salió a las 3 de la mañana, “pero se ve que ya se había ido”, porque en la calle no vio a nadie.

El delincuente quedó filmado por una cámara del edificio, igual que un grupo de entre 10 y 12 jóvenes que el 8 de marzo pasado también quiso entrar por el garaje y los espantaron los ladridos de los perros.

Eliana, otra vecina de esa torre, describió al ladrón del sábado como “de 25 a 30 años, flaquito, de altura media y vestido todo de negro y con capucha”. Luego citó que se enteraron del hecho a la mañana, cuando advirtieron que la cerradura magnética estaba forzada. Recordó que “10 minutos antes de que venga el ladrón, bajé del auto para entrar en la cochera y mi perro gruñó a unos metros en la puerta de una casa. Quizá estaba escondido”.