La solidaridad en tiempo de crisis

Edición Impresa

Silvia Gascón

Directora del Centro de Envejecimiento. Isalud

Sin lugar a dudas las personas mayores vienen dando muestras de solidaridad desde todos los tiempos.

Esta generación de mayores que en su mayor parte ha sido protagonista de las luchas por la reconstrucción de la democracia y que abanderó la justicia social, como principio ético y político, mira con desaliento la difícil situación que está atravesando gran parte de la población, entre ellos muchas personas mayores.

Y muchos de ellos en forma individual, otros más organizados buscan e inventan nuevas formas de ejercer la solidaridad. Solidaridad entre pares, solidaridad con los más jóvenes, solidaridad con los que tienen menos.

Me gusta citar a Galeano cuando dice “… la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo”, porque quien ejerce un acto solidario también recibe y se enriquece. A diferencia de la caridad, que supone la existencia de alguien que tiene y da a otro que no tiene, (como si el no tener fuera un hecho casual o natural) la solidaridad implica sufrir con el otro, reclamar por derechos, denunciar la injusticia, combatir las causas de la desigualdad.

Hoy muchas organizaciones de mayores están cambiando sus roles más tradicionales orientados al esparcimiento y la recreación para convertirse en agentes solidarios, defensores de derechos. Con la fuerza que da tener conciencia de formar parte de algo mayor, desde una asociación, un grupo una red, se experimenta esa maravillosa sensación de avanzar codo a codo.

Son solidarios cuando se unen a otros que ganan menos para que aumenten las jubilaciones o cuando reclaman por un vecino que no recibe la atención de salud adecuada, faltan medicamentos o cuidadores domiciliarios. Solidaridad cuando acompañan a los que están solos o simplemente les hacen un llamado telefónico, que ayuda y mucho. Pero también suman solidaridad hacia otros grupos generacionales, mujeres, jóvenes, niños o personas en situación de calle.

El 29 de abril, en España se celebra el día de la solidaridad entre generaciones. Y destacan que la solidaridad no surge de la compasión, sino de reconocer una injusticia de base que existe y que se puede modificar con el accionar colectivo.

Cuando parece que el individualismo gana terreno y arrasa con todo, la solidaridad de los mayores y de otros grupos, nos ayuda a no retroceder en los derechos adquiridos, nos ayuda a vencer el desaliento y recuperar la esperanza de que un mundo mejor es posible.

 

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