Narcos en La Plata: búnkeres y una pelea a sangre y fuego

“Nadie mata por eso”, sentenció el 21 de marzo un investigador que trabajó en 531 y 164, donde un hombre disparó varias veces contra otros dos a los que había perseguido porque supuestamente se metieron en su casilla para robarle una garrafa. “Esto es droga”, reflexionó. Uno de los heridos murió ahí mismo, otro zafó porque el balazo le dio en la pierna izquierda y el atacante se profugó, situación en la que todavía sigue.

A las 3 de la mañana de ayer una casa se quemó en 35 y 160 después de que una patota ingresó aprovechando que no había nadie, para robar y “ajustar cuentas”, relataron los vecinos, mencionando por lo bajo que el episodio tiene relación con aquel crimen de la “garrafa”. El fuego alcanzó a una vivienda lindera. Por suerte, no hubo heridos.

Algunas horas después -a las 6.50- dos casas casas más ardieron en otro barrio atravesado por el narcomenudeo: La Palmera. Justamente, sucedió en 151 y 37, frente al árbol que le dio el nombre a ese sector de San Carlos en el que el martes pasado hubo varios allanamientos que terminaron con siete detenidos y el secuestro de cientos de dosis de cocaína y marihuana listas para la venta.

Los vecinos están convencidos de que el fuego no comenzó de manera casual en ese sitio que alguna vez “funcionó como un aguantadero”. Serán los peritajes los que confirmen si fue un ataque, o no; fuera de toda duda están las consecuencias del siniestro, una vez que alcanzó la casa vecina y dejó en la calle a su dueña, embarazada y con cuatro hijos.

Tanto en Romero como en San Carlos están acostumbrados a convivir con incendios, tiroteos o crímenes que nunca se aclaran del todo, aunque nombres sobren.

Son los dos barrios en los que funcionaban los 8 búnkeres que en el último mes fueron derribados por topadoras oficiales en La Plata, tres de ellos el miércoles pasado en la zona de La Palmera, donde también se había montado años atrás un megaoperativo para desbaratar a la llamada “Banda del drone”.

NEGOCIO MILLONARIO

Los números que arroja la “lucha declarada” (como aseguró un alto funcionario policial a este medio) contra el narcotráfico en la Provincia, derriban el mito que pergeñaba al país como “un destino de paso o tránsito” para los narcotraficantes. Hoy, los especialistas concuerdan en que existen laboratorios locales.

Cada tipo de droga -hablemos de las más “populares”, como cocaína, marihuana y las llamadas “de diseño”- tiene su forma de ingresar a la Argentina, un camino de varios años que se modifica en pocas ocasiones.

Según los datos aportados por el Ministerio de Seguridad de la Nación, en 2017 entraron 23.772 kilos de cocaína y 405.693 kilos de marihuana, de los cuales se secuestró el 35,5% de la primera y 39,6% de la segunda.

Las mismas fuentes calculan que, al año, el negocio de los narcos que operan en el país mueve entre 22 mil y 25 mil millones de dólares, con una ganancia neta que oscila entre los 12 y 14 mil millones de US$.

Gran parte del cannabis y de la cocaína son introducidas por las vías pluviales de algunas provincias del norte. La marihuana proviene de Paraguay, el segundo mayor productor del mundo de ese estupefaciente, en tanto que al narcótico lo preparan en Bolivia, Perú y Colombia, en ese orden en cuanto a cantidades producidas.

El paco, que es la sustancia más nociva y de mayor alcance entre la población más vulnerable, se hace con los residuos de la cocaína; esto es, fácil de conseguir y barato de producir.

En La Plata se derribaron 8 búnkeres narco: 3 en San Carlos y 5 en Melchor Romero

En el período comprendido entre el 10 de diciembre de 2015 al 3 de abril de 2019 hubo en territorio bonaerense 110.566 procedimientos antidrogas, conforme a lo informado a este medio por el Ministerio de Seguridad.

En total, en ese lapso se incautaron de 67.112 kilos de marihuana, 5.756 kilos de cocaína y 523.122 unidades de paco. Asimismo, 124.405 fueron aprehendidas o quedaron a disposición de la Justicia y se quemaron 34 toneladas de estupefacientes.

Si hablamos de La Plata, en el mismo periodo se secuestraron casi 51 kilos de cocaína (50.861 gramos); poco más de 563 kilos de marihuana (563.535 gramos) y 700 unidades de paco, en 1.947 procedimientos, con 1.947 imputados.

“La cantidad es aleatoria, ya que mucha de esa sustancia está cortada”, explicó un especialista. Con todo, en La Plata un gramo de marihuana se consigue por unos 100 pesos, mientras que para acceder a medio gramo de cocaína hay que desembolsar 500 pesos.

NARCOLANDIA

En un informe que tomaba casos de 1997 a 2012, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito incluyó a la Argentina como el tercer productor de cocaína, y uno de los paraísos fiscales para lavar activos del narco.

“El narcotráfico gana dinero en escala, necesita dónde blanquear esa plata y este era el lugar ideal”, reveló una fuente policial.

Un kilo de cocaína ronda los 2500 dólares en Colombia y Bolivia. Una vez que llega a la Argentina pasa a cotizar unos 5000 o 6000 en Buenos Aires; luego se consigue a 50 mil euros en Palma de Mallorca y por último, en Japón llega a valer 90 mil euros. Esa droga, fraccionada o estirada, triplica su valor en el mercado.

Según cifras oficiales, tan sólo en el territorio bonaerense fueron derribados 112 búnkers narco.

Algunas de las localidades en las que se accionó fueron Billinghurst, Lomas de Zamora, La Plata, La Matanza, Glew, José León Suárez, Mar del Plata, Hurlingham, San Isidro, Tres de Febrero, Quilmes, San Martín, Longchamps, Vicente López.

LOS BENEFICIOS DE LA PERIFERIA

“Operativos ha habido múltiples. La política es clara: contra el narcotráfico”, le aseguró a este medio un oficial de alto rango de la Delegación Departamental de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado.

Asimismo, sostuvo que “la Delegación de Drogas Ilícitas tiene múltiples causas iniciadas en el barrio de La Palmera”.

El portavoz, refiriéndose a La Plata, señaló que “no hay un barrio determinado que se destaque por la comercialización de estupefacientes. Los narcotraficantes utilizan las condiciones marginales que se dan en algunas locaciones de la periferia de la Ciudad -son caldo de cultivo para que prolifere este tipo de delitos-, porque carecen de asfalto o porque están conformados por gente en condiciones de vida precarias, si bien la droga no se circunscribe a un solo estrato social”. En ese sentido, remarcó que se llevaron adelante diversos procedimientos en Savoia, El Mercadito, San Carlos, El Palihue, Altos de San Lorenzo.

Por otra parte, adelantaron que “a la brevedad (en referencia a la semana entrante) vamos a tener un operativo grande, con 10 objetivos más o menos, en toda la Región”. No obstante, todavía los recursos para dar la pelea siguen siendo escasos. En La Plata, una sola fiscalía trabaja con los casos de narcotráfico: la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 1, a cargo de Ana Medina. Esta particularidad repercute en forma directa con los tiempos de la labor de investigación y acciones posteriores, como un pedido de allanamiento, por mencionar un ejemplo.

En esa guerra, la clave de cada victoria radica en los recursos que se utilicen en las sucesivas batallas, como prepararse mejor o buscar la forma de anticiparse a su “rival”. Por ejemplo, los narcos cambian la fórmula química de los estupefacientes -modifican un compuesto- y de esta forma esas drogas dejan de ser una sustancia punible por la ley.

“La Policía está un poco atada de manos y pies cuando depende del poder judicial. Hay una laxitud legal que se debe modificar si queremos derrotar en serio a los narcotraficantes”, aseveró una fuente de la Fuerza.

En esa línea, manifestó que “llegar a la condena del delincuente es un proceso demasiado largo y muchas veces termina quedando libre por esos tiempos judiciales”.

En 2014, el número de drogas de diseño aumentó 41% respecto de los tres años anteriores: de 251 a 354. Esa cifra sigue creciendo año a año, con nuevos compuestos que se crean todos los meses.

Leda Giannuzzi, profesora de la Cátedra de Toxicología de la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata e investigadora principal del Conicet, describe así el descomunal desarrollo que experimentó esa industria: “Es impresionante la cantidad de nuevas síntesis químicas que se desarrollan día a día”, concluyó.