Estimularán a los vecinos a reparar las veredas en ruinas
Edición Impresa | 29 de Mayo de 2019 | 03:42

En el ranking de deficiencias urbanas, a no dudar, el estado de las veredas está entre los primeros puestos en La Plata.
Tan crítica es la situación de los sectores destinados al paso de los peatones que no se encuentra en todo el casco céntrico ni una cuadra entera con su revestimiento en buenas condiciones.
Las faltantes de baldosas, las lajas partidas, las piezas flojas y todas esas cosas combinadas a veces con los pozos cavados por las empresas de servicios o el poco espacio libre para el peatón que dejan las obras en construcción vuelven intransitables esos espacios públicos indispensables para la circulación de la gente.
Ahora el Municipio busca terminar con ese mal crónico de la Ciudad. En principio se trabaja en un proyecto con el que se intenta estimular el arreglo de las veredas por parte de los frentistas quienes, se sabe, son los responsables del mantenimiento de ese sector peatonal.
Días atrás, en una entrevista efectuada en el programa “El informador” (radio La Redonda) el intendente Julio Garro se refirió al estado de destrucción en que se ven las veredas y esbozó parte del plan que maneja su gestión para recuperar esos espacios: alentar a los vecinos, propietarios de sus viviendas, a realizar las mejoras de la parte de la acera que les corresponde con una suerte de contra prestación que sería la reducción de las tasas comunales. A eso se le agregaría el beneficio de descuentos en los comercios al momento de adquirir las baldosas reglamentarias.
Un incentivo a los frentistas
El proyecto es el siguiente: la Municipalidad firmaría un convenio con corralones o comercios de venta de materiales para que los vecinos puedan adquirirlos con un descuento.
No obstante, previo a llegar a esa instancia, se convocará a la inscripción en un registro para evaluar quienes son los vecinos que quieren arreglar sus veredas. Uno de los requisitos para entrar en el convenio será poseer la tasa SUM al día, según se anticipó.
De acuerdo al plan, los materiales que compre el vecino tendrán un descuento en su valor y además un porcentaje del gasto que lleve la obra (costo que deberá estar certificado por el Municipio), va a tener su correlato, en forma de bonificación, en las siguientes cuotas de la tasa municipal.
Un suelo detonado
Las quejas de los vecinos por el estado de las veredas están, siempre, a la orden del día. Ocurre que el descuido de esa infraestructura urbana lleva décadas y como no se soluciona el desgaste propio del paso del tiempo hace que la situación empeore.
En las últimas horas, por caso, llegó a esta redacción el reclamo de un vecino, Hugo Biasotti, quien denunció el deterioro que presenta la vereda de la calle 8 entre 44 y 45, es decir, una cuadra del pleno centro platense por demás transitada. “Las baldosas, en el mejor de los casos, están flojas, pero hay muchas que están destruidas”, precisó el hombre.
Es tal la cronicidad de las condiciones de las veredas platenses que aunque llueven las quejas porque no se reparan el largo lapso que llevan con ese mal estado ha llevado incluso a la resignación de los peatones.
Escenas ya habituales en cualquier cuadra del centro de la Ciudad tienen a las personas sorteando baldosas rotas al avanzar, madres y padres haciendo malabares con los cochecitos de sus bebés, adultos mayores teniendo que bajar al asfalto y caminar por donde transitan los vehículos porque les resulta imposible caminar por la vereda sin tropezar. Es más: en todas las zonas suelen registrarse caídas de personas con dificultades para desplazarse.
Ni hablar de los días de lluvia, cuando lo más leve que puede ocurrir al andar por la calle a pie es ensuciarse la ropa por efecto de las engañosas baldosas flojas.
Un repaso por los archivos de varios años atrás muestra incontables anuncios oficiales sobre programas para conseguir la reparación de las veredas rotas. Nunca, desde que se recuerde, se llevaron a cabo.
Entre ese sinfín de proyectos se escuchó alguna vez la posibilidad de otorgar a los frentistas créditos blandos, a bajo costo financiero, para que pudieran encarar la obra de refacción de sus veredas; otra iniciativa advertía sobre la aplicación de elevadas multas a los propietarios de viviendas que no se hicieran cargo de mantenerlas en buen estado. Ni esas dos alternativas ni otras que se dieron a conocer nunca se concretaron.
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