Como el Boca de años atrás

Anoche Boca se pareció al Boca de otros tiempo. En Curitiba, jugó un partido inteligente y con poco brillo. Pero ganó porque fue más inteligente y efectivo. Superó 1-0 a Paranaense como visitante y tiene un pie y medio en los cuartos de final de la Copa Libertadores, su gran objetivo para este año que se empieza a terminar.

Además, logró sortear otro obstáculo: el VAR, que otra vez fue mal utilizado en Brasil. En el descuento, cuando el Xeneize ganaba 1-0, el uruguayo Daniel Fedorczuk fue avisado de un cruce de Emanuel Más y Esteban Andrada sobre el delantero Rony. No pareció infracción. Pero el árbitro cobró penal, con más dudas que certezas. Para fortuna de la visita, Marco Ruben remató al palo izquierdo del arquero xeneize. Justicia divina para sellar un triunfo que puede ser muy importante para el futuro.

El gol de Boca lo había conseguido Alexis Mac Allister, uno de los refuerzos para esta temporada, a los 38 minutos del complemento, cuando Boca había empezado a poner el partido en un freezer, aprovechando el nerviosismo del local. El ex Argentinos se encontró con una pelota afuera del área, frente al arco. Entonces le pegó un fuerte derechazo que se clavó en el segundo palo del arquero Santos. Gol del mejor jugador de la cancha y premio al equipo más inteligente.

En el primer tiempo fue el equipo local quien manejó más la pelota, buscando siempre el pase rápido, aprovechando la superficie del campo de juego. Pero las chances más claras las tuvo Boca, que de no haber sido por la soberbia actuación del arquero Santos se hubiese retirado en ventaja.

Al minuto nomás tuvo una chance de tiro libre que desaprovecharon, primero Mauro Zárate y más tarde Alexis Mac Allister. Luego Wanchope Ábila llegó dos veces, la segunda un mano a mano que definió al cuerpo del arquero. Pudo ser la apertura del marcador, de la cual estuvo mucho más cerca el equipo argentino.

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Paranaense, por su parte, sólo pudo asustar a Esteban Andrada con remates de media y larga distancia. El arquero y los centrales estuvieron muy atentos y despejaron cualquier tipo de aproximación. No la pasó mal Boca en esos primeros 45 minutos.

En el segundo tiempo el partido perdió emoción, porque Boca, con el correr de los minutos, fue retrocediendo en el campo de juego y el esquema inicial quedó todavía más en evidencia. Empezó a jugar este largo partido de 180 minutos de manera más estratégica, acorde al técnico que tiene en el banco de suplentes. El año pasado lo hubiese buscado, tal vez con una derrota segura. Anoche se puso el traje de Copa Libertadores, poniéndole un freno al partido, enfriando todo lo posible y haciendo del espectáculo una obra para el olvido. Si el final es feliz, a muy pocos les importará la mala imagen dejada en Curitiba.

Siguió firme la línea de fondo y creció el doble cinco, con Capaldo y Marcone. Aun amonestados, siguieron dando batalla. La pelota fue del dueño de casa y por eso tuvo más aproximaciones. Pero el gol lo marcó Boca, cerca del final, para llevarse una victoria que vale muchísimo.

En los minutos finales Paranense intentó salvar su ropa. Pero si Boca estuvo firme y seguro con el 0-0, con la ventaja se hizo todavía más grade. Ni siquiera un penal de VAR lo pudo derribar. Victoria para soñar con algo más importante.