Las memorias de dos ex guardas a 42 años del adiós al tren provincial

Un día como hoy, pero de 1977 partía de la Estación Provincial el último tren del ramal con destino a Avellaneda, una fecha que no pasa desapercibida ni para Horacio Menéndez - 76 -, ni para Aníbal Villano - 98 -, dos ex guardas que se hicieron amigos en sus días de ferroviarios de ese histórico ramal (ver aparte).

Aníbal asegura que “la carrocería está bien, pero el motor está fallando”; lo que no hay dudas es que la mente lúcida de ese hombre ferroviario es como una locomotora que avanza a toda máquina hacia el terreno de los recuerdos.

El ex guarda nació en Navarro, provincia de Buenos Aires, su padre también fue trabajador ferroviario en la Compañía General de Ferrocarriles en la Provincia de Buenos Aires, una empresa de capitales franceses, formada en 1904, que operó una red de ferrocarriles de trocha angosta durante la primera mitad del Siglo XX.

A los 26 comenzó como practicante sin sueldo en esa empresa porque como hijo de ferroviario tenía prioridad para ingresar a la firma; sus horarios de trabajo fueron de los mas diversos, pero generalmente arrancaba antes de las 3 de la mañana y trabajaba por 12 horas con un descanso de dos horas en alguna estación.

Hasta que se jubiló el tren lo llevaba periódicamente a lugares como Azul, Olavarría, La Pampa, 9 de Julio, Pehuajó. La estación más emblemática para este ex guarda era la Carlos Beguerie, en el partido de Roque Pérez, de ahí el recorrido se bifurcaba o para La Pampa o para Azul y Olavarría. Los guardas mas antiguos podían elegir los mejores diagramas.

“En ese entonces te daban un libro en el que figuraban todos los pueblos del recorrido, era como una guía que hacía la Compañía General; algunos eran tan pequeños que ni siquiera tenían una escuela y los maestros se iban a vivir a las estancias”, cuenta Aníbal.

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Una de las tareas de los guardas era conocer los horarios en los que pasaban los trenes de carga. Desde la Estación Provincial se preguntaba, por ejemplo, a la estación de Angel Etcheverry si ya había pasado esa formación que habitualmente demoraba en hacer los recorridos el doble de tiempo que un tren de pasajeros.

En su rutina de picar boletos Aníbal remarca que antes “todos eran señores” y destaca que no había incidentes de ningún tipo entre los pasajeros; lo mas amargo de sus recuerdos se vincula a los accidentes, como uno muy desgraciado ocurrido en Monte Chingolo. Horacio concuerda que esos eran hechos traumáticos y difíciles de olvidar, como el día en el que un joven murió atropellado por la formación y no podían encontrar la cabeza, “había quedado enganchada en la zapata de freno y yo la encontré”, agrega.

Horacio Menéndez es platense, se inició como guarda ayudante del Ferrocarril Belgrano en la década de los 70; asegura que en ese momento él estaba entre los guardas más jóvenes y que los trenes del Provincial viajaban abarrotados con gente de La Plata; Ingeniero Allan, Monteverde y San Francisco Solano.

“Yo iba en el tren lechero, el recaudador que llevaba el dinero de las estaciones en un cofre de madera con un blindaje interno, eso se ataba con una cadena y un candado y se transportaba en el furgón de encomiendas, donde también iban las bicicletas, el recorrido era de La Plata a Avellaneda”, apunta.

En sus recuerdos aparecen cientos de obreros que viajaban a sus trabajos, estudiantes, familias, “muy buena gente”; sin embargo reconoce que hubo un quiebre en los ´70 cuando algunos pretendían viajar sin boleto.

Los guardas se detienen en anécdotas y hechos lejanos que parecen de ayer nomás, como ese tren dominguero que iba hasta la estación de Carlos Beguerie (en la localidad de Roque Pérez) con cazadores de perdices y sus perros atados en el furgón. “Por cada perro se sacaba un boleto que era cuatro veces mas caro que el común y era obligatorio llevarlos con bozal”, apunta Menéndez.

Los ferroviarios coinciden en que los sueldos nunca fueron buenos y que solo el maquinista ganaba bien; no obstante esa vida sobre rieles les dejó una huella imborrable.

“El último tren que nos tocó despachar fue doloroso; nosotros si que amamos los trenes”, afirma Horacio.

Después de mirar libretas amarillentas, cuadernos de quejas inmaculados y una pinza pica boletos que lleva la serie H77, Horacio y Aníbal se calzan dos viejas gorras de guardas, por un momento parecen suspenderse en el estribo de un tren.

Aníbal lleva el silbato a su boca, sopla fuerte y levanta el brazo izquierdo, la seña inconfundible que esperaba el maquinista para dar marcha a la formación.

Actividades en Meridiano V

A 42 años del cierre del Ferrocarril Provincial, en la Estación Meridiano V - 17 y 71 - se desarrollarán hoy diferentes actividades que recordarán la salida del último tren. El programa comenzarán a las 16 con una charla en el hall que abordará el Plan Larkin, un estudio de los medios de transporte de Argentina que elaboró el general e ingeniero estadounidense Thomas B. Larkin con apoyo del Banco Mundial entre 1959 y 1962. Fue puesto en ejecución durante la presidencia de Arturo Frondizi y su parte más controvertida y conflictiva fue la reducción de la red ferroviaria argentina. La charla es de entrada libre y gratuita.

A las 17 se realizará una visita guiada dramatizada por Ariel Fernández y Los Okupas del Andén teatro comunitario y a las 18 actuará el Dúo Carmín Tango, se presentarán los bailarines Daiana Budiño y Lucas Cartagena.