Primer caso de violencia de género en La Plata que llega a juicio por jurados

La justicia penal platense culminaba anoche, al cierre de esta edición, un juicio por jurados en un caso de presunta violencia de género y tentativa de homicidio en perjuicio de la joven Flavia Rudez, hecho ocurrido hace cuatro años en su casa de Los Hornos, delito por el que está imputado y detenido con prisión preventiva quien era su pareja, Leonardo Sechi.

El debate, a cargo del juez del Tribunal Oral en lo Criminal II de La Plata Claudio Bernard, es el primero que por un delito de género llega a juicio con este sistema, en el que doce ciudadanos sin conocimiento técnico en materia de Derecho deben decidir sobre la culpabilidad o no del acusado (ver aparte).

Anoche el jurado estaba deliberando sobre el veredicto, luego de los alegatos de las partes, que pronunciaron sus planteos una vez que terminaron de declarar los testigos y el imputado, quien se declaró inocente. Argumentó que las lesiones de la joven fueron accidentales, producto de un ataque de epilepsia que padeció ella ese día, en el que debió ser hospitalizada con múltiples y graves lesiones en un hospital de nuestra ciudad.

Desarrollo del debate

En la primera jornada fue seleccionado el jurado de 12 integrantes y 6 suplentes, y luego el magistrado dio precisas instrucciones sobre cómo es el sistema, el rol que deben cumplir para dirimir el caso.

Luego la fiscal de Juicio Silvina Langone, y las abogadas del particular damnificado, Sofía Caravelos y Angela Godoy, pronunciaron sus lineamientos de la acusación.

La parte acusadora adelantó que intentará demostrar que el acusado intentó matar a golpes a Rudez el 10 de julio de 2015 en una casa de calle 66 y 160, “cometido que no logró por circunstancias ajenas a su voluntad”.

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También entendieron que se estaría ante un caso de “tentativa de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en el marco de violencia de género”, en los términos del artículo 80, incisos 1 y 11 del Código Penal, que castiga estos hechos con prisión o reclusión perpetua, aunque como se trata de un hecho tentado, la sanción se reduce de un tercio a la mitad.

La fiscalía y el particular damnificado tuvieron una diferencia en cuanto al planteo subsidiario que formularon, para el caso en que no se haga lugar a su primer pedido.

Langone propuso lesiones graves agravadas, mientras que las abogadas Caravelos y Godoy las encuadraron como gravísimas, al entender que los golpes que recibió la joven le generaron daño físico, psicológico y psiquiátrico permanentes.

Por su parte, la defensora oficial Gladys López se opuso a la última parte de la acusación, con respecto a las lesiones gravísimas, al entender que no había llegado con ese encuadre al juicio.

Para la defensa las lesiones de la joven se debieron a un cuadro de epilepsia y los daños neurológicos son “por descuido por parte de ella, al no cumplir con tratamientos adecuados”.

Alegatos

Ayer, el particular damnificado mantuvo su postura inicial y le solicitó al jurado que pronuncie veredicto de culpabilidad contra Sechi como autor responsable de los delitos de “tentativa de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por haberse cometido en un contexto de violencia de género”.

Y, en forma subsidiaria, en caso de que el Jurado no de por acreditado que hubo intención de matar, se condene al acusado por el delito de “lesiones gravísimas”, también “doblemente agravadas por el vínculo y por violencia de género”.

Por su parte, la fiscal cambió su criterio, entendió que no se pudo acreditar el dolo (intención) homicida del imputado, y por ello requirió que declare culpable a Sechi por el delito de “lesiones graves agravadas por el vínculo y porque se concretaron en el marco de un escenario de violencia de género”.

La investigación

El caso llegó a la Justicia el 10 de julio de 2015. Ese día Rudez fue derivada con graves lesiones desde una salita de primeros auxilios al hospital de Romero.

En la elevación a juicio, a cargo del fiscal que investigó el caso, Marcelo Romero, consta que la joven tenía fracturas de costillas, corrimiento de mandíbula, hundimiento del parietal, golpes en los miembros, en el cuello y traumatismos de cráneo severos.

Los médicos informaron que ese cuadro le impedía a la joven caminar, retener esfínteres, escuchar y hablar, y que después de una prolongada internación fue dada de alta, con un pronóstico de recuperación incierto.

La joven pudo recuperarse de gran parte de sus afecciones y fue la primera en declarar en el juicio. Luego lo hizo su madre. Ambas recordaron los padecimientos durante su relación con el acusado y los brutales ataques.

“El acusado tuvo la intención de matar a su pareja, cometido que no logró por cuestiones ajenas a su voluntad”

Sofía Caravelos Abogada de la víctima