El valor de prevenir las enfermedades cardíacas en mujeres

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El inicio ayer en el país de una serie de charlas, actividades al aire libre y recolección de firmas para promover la sanción de una “ley de concientización” a favor de la salud cardíaca de las mujeres, en un contexto condicionado por estadísticas demostrativas de que una de cada tres mujeres argentinas muere por enfermedad cardiovascular (ECV) -un índice que supera la cantidad de muertes por accidente o por cáncer-, constituye un paso positivo destinado a reforzar los programas que apunten a generar en la franja femenina una conciencia saludable.

La iniciativa encaminada a lograr la sanción de una ley nacional –que cuenta con la aprobación de una de las cámaras del Congreso- a través de la denominada Campaña Nacional por la Salud Cardiovascular de la Mujer está organizada por la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y se desarrollará hasta el 26 de septiembre próximo bajo el lema “Hagámosle frente a la enfermedad cardiovascular: podemos prevenirla”.

Tal como ya se adelantó, según datos de la Secretaría de Salud de la Nación, una de cada tres mujeres argentinas muere por enfermedad cardiovascular (ECV), índice que “supera la cantidad de muertes por accidentes o cáncer”. Directivos de la FAC señalaron que la ECV suele aparecer estadísticamente más tarde en mujeres que en varones, pero cuando aparece en general es producto de la acumulación de factores de riesgo como presión arterial alta, obesidad, colesterol, sedentarismo o diabetes, que ya estaban instalados pero a los que tal vez no se prestó atención.

Muchos cardiólogos coinciden al señalar que, si bien la enfermedad coronaria es una sola, la forma en que suele presentarse entre mujeres y hombres puede diferir. En principio, el clásico dolor de pecho opresivo y quemante en la zona de la corbata, que tiende a ceder cuando uno se queda quieto, en la mujer no es tan común, indican.

Es que más allá del dolor de pecho, que puede presentarse o no, las mujeres suelen sufrir otras manifestaciones clínicas menos específicas; como es el caso de un enorme cansancio que aparece en forma súbita y sin explicación aparente, una sensación de sofoco, mareos, nauseas y ansiedad. Y como estos síntomas pueden atribuirse a diversas causas, no sólo las pacientes, sino a veces también los médicos de guardia, tienden a restarle importancia; por lo cual la enfermedad cardiovascular recién suele ser diagnosticada en la mujer cuando se encuentra ya muy avanzada.

Es evidente, entonces, la necesidad de que se profundicen políticas sanitarias destinadas a advertir a las mujeres sobre la necesidad de permanecer atentas a todos los síntomas, respetando asimismo las prácticas preventivas propias para evitar las enfermedades cardiovasculares. Hacen falta también campañas más adecuadas sobre los hábitos alimenticios y las actividades físicas que debieran realizar las mujeres, que apunten a promover el aerobismo y otras prácticas recomendadas.

Es bien sabido que un diagnóstico oportuno reduce también, enormemente, los riesgos de muerte y permite tratamientos más eficaces. Se trata, en definitiva, de que datos como los ofrecidos por la Federación Argentina de Cardiología y la campaña iniciada sirvan como un llamado de atención tanto en la población femenina como en los sistemas de salud de la Nación y las provincias

 

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