Mitos y realidades de los signos

¿Qué son los signos del zodíaco? ¿Es realista considerar que podemos repartir a todas las personas del mundo en doce grupos? ¿Y afirmar además, que todas las de un mismo grupo tendrán la misma personalidad? Por supuesto que no. Semejante reducción no sólo resulta ridícula, sino que además, no responde a la verdadera complejidad del saber astrológico. Pero ese empobrecimiento sucede muy a menudo.

El zodiaco está conformado por doce signos astrológicos que se definen como cualidades energéticas que relatan un proceso. Veamos entonces si podemos describirlas sin reducirlas y entendiendo que cada una se define en función del lugar que ocupa.

ARIES

MITO: se dice que Aries es impulsivo, impaciente, ansioso, agresivo o incluso violento. Se le atribuyen los exabruptos explosivos y las expresiones muy directas y espontáneas.

REALIDAD: es el primer signo del zodíaco y expresa los inicios, la fuerza del impulso y del deseo que mueve a la acción. Es el comienzo de todos los comienzos. Es ariano el primer brote de un árbol que empuja la tierra para abrirse paso y emerger a la vida. Por eso quien se identifique con esta cualidad, expresará una gran energía vital y necesidad de actividad y movimiento. Deberá aprender a demostrar sin violencia, una potencia activa y dinámica, de avance y emprendimiento.

TAURO

MITO: se afirma que Tauro come o duerme mucho, e incluso que es hedonista. Se le asignan la comodidad, la dificultad para el cambio, el materialismo y la posesividad.

REALIDAD: luego del primer brote ariano, hace falta reabsorber la energía para poder continuar. Es por eso que la cualidad taurina se dedica a bajar de velocidad. Los cinco sentidos se exacerban y es posible contemplar y gozar de la realidad. Quienes se identifiquen con esta descripción serán muy conscientes de la necesidad corporal vital, teniendo la capacidad de aprender a observar y disfrutar plenamente de la vida, sin agarrarse a ella para evitar su cambio.

LE PUEDE INTERESAR

Mundo tecno

LE PUEDE INTERESAR

Antonio Mas: sinónimo del buen vino argentino

GEMINIS

MITO: dícese de los geminianos que “el que mucho abarca poco aprieta”. Se les atribuye la conversación incesante, la sociabilidad y la curiosidad.

REALIDAD: con la energía anterior, nos hicimos conscientes de que la vida es cuerpo y materia. ¿Qué haremos ahora entonces? Probar posibilidades, multiplicar opciones, explorar todos los caminos posibles. Quienes se identifiquen con esta cualidad se verán atraídos a buscar información, estudiarla, aprovecharla e intercambiarla. Esto implica el diálogo y un movimiento ágil y cambiante, motivado por un interés casi infinito.

CANCER

MITO: se relaciona a Cáncer con la familia, el hogar y el cuidado maternal. Se le asigna una actitud cerrada que tiende a refugiarse con nostalgia en lo que le otorga seguridad emocional.

REALIDAD: luego de todas las opciones que hemos explorado con la energía anterior, es tiempo de elegir una de ellas y nutrirla, para que pueda crecer. Es por eso que la cualidad canceriana deberá aprender a delimitar un borde protector para alimentar aquello que aún es vulnerable. La protección será un movimiento natural para quienes se identifiquen con esta energía y tendrán la capacidad de percibir fácilmente aquello que requiere cuidado, amorosidad y un refugio seguro para poder crecer, sin cerrarse allí.

LEO

MITO: este es el signo acusado de egocentrismo y egoísmo. Sin embargo, también tiene carisma, magnetismo y talento para la expresividad.

REALIDAD: aquello que fue nutrido y cuidado con la cualidad anterior, ahora creció. Le llega entonces el momento de auto-definirse. ¿Quién soy? es la pregunta esencial de lo leonino y la identidad será el centro alrededor del cual todo pivotea. Quienes se identifiquen con esta energía serán exuberantes a la hora de mostrarse, porque necesitan expresar y confirmar esta identidad. La irradiación les dará el potencial de brillar genuinamente pero si realmente lo aprenden, también harán brillar lo más auténtico en los demás.

VIRGO

MITO: Virgo suele recibir definiciones referidas al orden, el control, la obsesividad y la minuciosidad detallista. Se le asignan rasgos de perfil bajo y el servicio.

REALIDAD: luego de auto-definir la identidad con la cualidad leonina, ésta debe poder insertarse en su contexto y encontrar cómo ser útil al sistema. Por eso, quienes se identifiquen con esta energía, tendrán un agudo sentido de ubicación y de orden. La capacidad para ver los detalles, sin embargo, debe desarrollarse comprendiendo que existe un orden trascendente, que requiere una entrega silenciosa. El talento para el servicio se desarrollará si no se pierde conexión con el símbolo de la Virgen: la entrega a un Orden mayor.

LIBRA

MITO: las referencias a la estética, el interés por la belleza y la capacidad para sociabilizar en Libra no dejan de relacionarse a la indecisión y la ambivalencia.

REALIDAD: en la cualidad anterior nos ubicamos en el sistema del que formamos parte, y ahora vemos que allí hay otros. Es por eso que Libra se concentrará en relacionarse con ellos, teniendo que descubrir su talento para la negociación. Quienes se identifiquen con esta energía, deberán aprender a encontrar el punto medio entre ceder e imponer. Es allí donde se descubre el talento para mediar.

ESCORPIO

MITO: la intensidad emocional y la profundidad puede ser ocultada por la acusación de que Escorpio no olvida ni perdona. Se le asigna atracción fatal tanto como la manipulación.

REALIDAD: aprender a relacionarnos y negociar en Libra, supone poder avanzar aún más en Escorpio. Por eso quienes se identifiquen con esta cualidad, descubrirán su tendencia y dificultad al compromiso intenso que supone entregarse y que el otro nos transforme. La conflictividad se superará cuando se comprenda que en cada vínculo o situación, la entrega debe ser parcial como condición para evitar una fusión sofocante. Entonces aparecerá el talento para encontrar la perla en la oscuridad.

SAGITARIO

MITO: la energía Sagitario suele ser alabada por su positivismo. Pero también es acusada por su supuesta tendencia a exagerar y agrandar.

REALIDAD: la entrega transformadora de la cualidad anterior construyó un “nosotros” que en Sagitario resulta inclusivo. Por eso quienes se identifiquen con esta energía, tenderán a considerar que todo puede resolverse si se sigue avanzando. Su aprendizaje será no negar los obstáculos y adentrarse en ellos para comprenderlos, apoyados en la confianza natural de la fluidez de la vida. Así aparecerá el talento para transmitir y guiar a los demás en el camino.

CAPRICORNIO

MITO: suele decirse de Capricornio que su capacidad de concentración lo hace lograr cualquier meta, a costa de una frialdad objetiva e implacable.

REALIDAD: el “nosotros” inclusivo del signo anterior, toma aquí conciencia de realidad colectiva. La meta entonces, será el bien común y los acuerdos sociales que todos deberán respetar para poder construir la mejor realidad posible. Ese objetivo viene asociado a normas y leyes que para este signo constituyen la estructura necesaria para la vida. Su aprendizaje será lidiar con la rigidez y su talento sin duda es poder focalizarse en la meta.

ACUARIO

MITO: Acuario tiene fama de ser el rebelde del zodíaco, libre y desapegado. Sin embargo, también se escuchará decir que es intransigente o desinteresado.

REALIDAD: si en la cualidad anterior construimos una estructura social que nos sostiene, eso nos permite acá comprender la libertad no como “hacer lo que queremos” sino como el talento para ir más allá de la norma. Quienes se identifican con esta energía, pueden sentirse “sapo de otro pozo” porque tienden a pensar, sentir o actuar diferente a la estructura convencional. Su maduración se dará al registrar que las diferencias no son sólo propias y que la vida ofrece una diversidad inconmensurable.

PISCIS

MITO: esta energía suele ser categorizada como la del “colgado” o despistado del zodíaco, tanto como la del sensible o el emotivo.

REALIDAD: la libertad verdadera desarrollada en el signo anterior, se basa en la aceptación de la diversidad que somos. Esto en Piscis, se transforma en la comprensión de que “todos somos uno”. Por ello, cualquier mensaje espiritual resonará en quienes se identifiquen con esta energía, corriendo el riesgo de perderse en un desdibujamiento de sí mismos. Su gran aprendizaje será poder resonar en el “todo que somos”, sin despersonalizarse ni evadirse de la realidad material.