La hora de la verdad

Ya pasaron dos fechas de una Superliga que se hizo esperar bastante y tuvo un mercado de pases extremadamente largo. A partir del caprichoso esquema de campeonatos que impera en el fútbol argentino más la Copa América que se interpuso para dejarnos llenos de dudas con nuestra Selección y al mismo tiempo hacer más larga la espera hubo un largo paréntesis hasta que la pelota volviera a rodar. Y aunque los clubes que vendan jugadores al exterior tendrán hasta el 5 del mes próximo para incorporar, a nivel local el cierre de las operaciones dejó como balance un mercado que generó mayor movimiento que otras veces y dejó particularidades muy llamativas.

Desde un club que sumó más de 20 refuerzos a otro que se gastó 13 millones de euros y todavía sigue buscando más refuerzos, hasta el retorno del trueque, una modalidad que había pasado al olvido, hubo para todos los gustos. En definitiva, las idas y vueltas marcadas por las negociaciones entre compradores y vendedores, en alguna medida sirvió para atenuar la modorra de tantos fines de semana sin acción.

El que más hizo trabajar a su tesorero fue Central Córdoba de Santiago del Estero, recién llegado al círculo privilegiado, que sumó ni más ni menos que 23 caras nuevas. O sea prácticamente un plantel nuevo para hacer frente a las dificultades del campeonato superior. Lo siguieron entre los más activos del mercado Patronato y Aldosivi con 16 y 15 futbolistas nuevos cada uno respectivamente. De la otra vereda, el que menos se movió fue sorprendentemente River que sólo trajo al chileno Paulo Díaz arribado sobre el filo del cierre de las transferencias. Gallardo no dejó de reclamar su presencia en todo este tiempo y D´Onofrido -en medio de los apremios económicos de su club- tuvo que poner casi 4 millones de dólares por el 70 por ciento de la ficha. La cláusula de rescisión muy alta: 20 millones de los verdes.

El que más metió la mano en el bolsillo, según el sitio “Transfermarkt” encargado de seguir el curso de las transacciones, fue Daniel Angelici ya que Boca con las incorporaciones de Jan Hurtado y Eduardo Salvio más las llegadas de Daniele De Rossi (libre) y Mac Allister (a préstamo) puso sobre la mesa unos 13 millones de euros. En el caso de los xeneizes no se retiraron del mercado y para suplir la ida de Darío Benedetto y sus goles, contrataron a Franco Soldano.

Otros prefirieron el camino del trueque -una vieja modalidad que fue perdiendo vigencia- para cubrir las necesidades. Banfield y Talleres se pusieron de acuerdo e intercambiaron jugadores: el uruguayo Junior Arias se vino de Córdoba al club del sur bonaerense y a cambio el Taladro cedió a Martín Payero. Ambos futbolistas estarán un año a préstamo con una opción de compra del 50 por ciento del pase y todo se cerró sin mover un solo peso.

Más datos que dejó el mercado: el jugador más experimentado de todos los que cambiaron de club fue Santiago Silva que a los 38 años se fue de Gimnasia a Argentinos Juniors. En la lista de los veteranos que cambiaron de aire le siguieron Federico Mancinelli (37 años), a Patronato y Daniele De Rossi (36) que llegó de la Roma de Italia a Boca para revolucionar el ambiente futbolero.

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La llegada de 34 extranjeros -una cantidad realmente alta- que demuestra hasta donde nuestro fútbol sigue siendo una vidriera atractiva, completó las particularidades más salientes de un mercado de pases mucho más movido que otros. El fútbol grande ya está de vuelta entre nosotros y llegó la hora de la verdad para saber quienes acertaron y se equivocaron a la hora de elegir las caras nuevas.