Daniel Hendler: en la piel de un miserable que trepa la escalera del dinero sucio

En “Así habló el cambista”, el actor uruguayo interpreta a un financista que mueve la plata política malhabida en la Montevideo de los ‘60

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¿Qué puede producir este Río de La Plata en este momento si no es películas sobre el opresivo dinero? Por “sinergia”, como diría alguna “corpo” siglo XXI, en cuestión de semanas se estrenaron dos de las películas más destacadas de la temporada cinematográfica local, y ambas haciendo foco sobre las finanzas: “La deuda” de Gustavo Fontán, precedió a “Así habló el cambista”, coproducción uruguayo-argentina dirigida por Federico Veiroj que se estrenó comercialmente el jueves último en el Cinema Paradiso y que describe la oscura vida de un financista que mueve dinero sucio en la Montevideo de los años ‘60 y ‘70.

Daniel Hendler se pone al frente de esta comedia agria, con Dolores Fonzi como su esposa y Luis Machín como su suegro: el personaje del filme, basado en una novela de homónima de Juan Enrique Gruber, arranca su carrera como ayudante de un asesor financiero y luego se independiza para manejar los dineros sucios malhabidos de la política hasta los que manejan las organizaciones armadas argentinas de la década del ‘70, con efectos en la represión política posterior y los grupos de tareas militares.

“Leí primero el guión, luego fui leyendo la novela de a poco por sugerencia del director, pero en realidad el guión de la película es el material con el que trabajamos y el personaje estaba en el guión de la película, y más allá de que su fuente estuviera en la novela se crea un nuevo personaje en el guión y luego otro nuevo a partir del encuentro mío y el director”, explicó Hendler el proceso.

“De hecho”, relató, “Veiroj no me imaginaba a mí, tenía otra idea de la apariencia física del personaje, así que tuvimos varios encuentros en los que empezamos a trazar cómo era este tipo y ahí surge un tercer personaje que no es ni el de la novela, ni el del guión sino el que surge del encuentro del guión, el director y el actor que trae su cuerpo con toda la carga histórica”.

Hendler, uruguayo, se sumerge en el filme en una Montevideo sesentosa, que, avisa, “no conozco” (nació en 1976): “La conozco a través de grabaciones y fotos; escuché grabaciones de la época para empaparme del modo de hablar y despegarme de la musicalidad contemporánea que tenemos al hablar, pero la realidad de los ‘50, los ‘60 y los ‘70 tiene un primer filtro en la mirada del escritor, otro en la del guionista y además está atravesada por un punto de vista que es el del personaje, que tiene la particularidad de negar bastante la realidad, y la realidad se cuela a través de ventanas que dejan verse en la película. Lejos de ser un retrato con rigor histórico es un retrato libre de la época basado en el imaginario nuestro y en lo que se desprende de la novela”.

Hendler utiliza además para crear su criatura un apósito en la boca que le genera cierta pequeña deformación y modifica el habla, que dota a la actuación de particularidades.

“La película te acerca a un personaje que en principio causa rechazos por sus valores y su forma de actuar ante la ley

Daniel Hendler
Protagonista

 

“La decisión de incluir este postizo realizado por la diseñadora de efectos especiales con la maquilladora”, explica el actor de Montevideo, “tenía como finalidad cambiar algo de mis facciones y convertir mi rostro en algo más anguloso y quizás dotar al rostro de cierto aire de inocencia en contraposición a la primera impresión que provoca este personaje que es de cierta impunidad. Esto generó una serie de modificaciones, más que del habla, de la postura corporal porque cambiaba la colocación de la mandíbula y entonces eso va generando efectos colaterales en la manera de pararme y caminar”.

El intérprete, que se volvió famoso por una reconocida publicidad de una telefónica, afirma que “Así habló el cambista” “propone algo bien novedoso en una mirada sobre una época, en cómo se cuenta un policial a través de un tipo de personaje miserable que parece salido de un policial negro clásico y a la vez con rasgos muy autóctonos porque se retratan idiosincrasias bastante cercanas”.

“Me parece que algo bien interesante también cómo la película te acerca a un personaje que en principio causa rechazos por sus valores y su forma de actuar ante la ley y las personas que lo rodean, y sin embargo lo humaniza, y nos va acercando porque trasparenta su costado más frágil, nos acerca a sus miedos”, opina el actor. “Y entonces uno puede asistir a cómo se va equivocando con las decisiones que va tomando y a pesar de esa parte repulsiva por momentos creo que podemos sentir algún cariño hacia él”.

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