Un sueño hecho realidad

¿Quién no ha soñado con tener ese dormitorio con vestidor en el que casi puedes vivir?

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No podemos borrar de la memoria ese magnífico vestidor del ático de Manhattan que le “regaló” Big a Kate Bradshaw, en la serie televisiva “Sex and the city”. Esa imagen de estanterías vacías y perchas por vestir, con solo unos zapatos de Manolo Blahnik por estrenar, alimentó los sueños de miles de mujeres y hombres por tener una habitación como armario.

Con un dormitorio vestidor soñamos todos, casi un imposible por las dimensiones, pero siempre se puede moldear según los metros.

DORMITORIO O VESTIDOR

Con la intención de regalarnos ese espacio soñado, la interiorista Asun Antó, nos deslumbra con el diseño de una alcoba muy femenina de amplio espacio, que aún parece más al distribuirse en dos niveles y en la que nada más entrar, unas fotografías deslumbrantes en blanco y negro de una mujer tomando el sol, con pulsera de perlas, nos recuerdan que el glamour siempre es posible en cualquier momento.

En el entorno, los grises se funden con el rosa, en una imagen delicada, que nos invita al relax y a sentarnos en unas cómodas butacas, para leer o reposar junto a una chimenea, más de adorno que activa.

Distribuir el dormitorio en dos alturas resulta una manera natural de establecer una separación entre la zona de descanso y el vestidor, un área donde el armario queda camuflado en la pared, de forma que en realidad se establece un espacio de ocio para reposar y sopesar la elección de la ropa.

Al finalizar la pared, un delicado tocador con un excelente espejo nos evoca otros tiempos, sin embargo, del primer cajón de la cómoda deslumbra con una mínima luz, al deslizarse hacia afuera y mostrar los complementos que alberga su interior: joyas y bisutería listas para ser elegidas para pasar el día.

TOCADOS Y SOMBREROS

Pero la separación entre dormitorio y armario, no solo radica en la altura, una magnífica vitrina acoge tocados y sombreros de distintas épocas, clásicos, de diario, para una amante del más puro chic francés y con mucho estilo, que deja pasar la luz de un extremo a otro, y que denota un gusto por complementos muy atractivos.

“He querido jugar con la moda y el interiorismo como hilo conductor de este espacio en el que todo es diseño”, comenta la interiorista Asún Cantó, quien siempre busca crear espacios relajantes en los que se pueden combinar varias actividades.

Tonos como el gris, el blanco o el rosa en los textiles, crean una atmósfera cálida y sosegada, con texturas como el terciopelo, que contribuyen a consolidad una atmósfera “glamorosa”, con sábanas de lino, como las cortinas, en una búsqueda para encontrar un “equilibrio de color”.

EN BUSCA DE SECRETOs

Un dormitorio en el que ha conservado las molduras clásicas con “armarios secretos que abren un espacio amplio lleno de posibilidades para todo tipo de prendas”, comenta Antó, quien ha decorado este dormitorio vestidor para una vida en pareja, en el que, sin duda, la vertiente femenina es la que más peso tiene y donde el espíritu viajero sale a la luz con la composición de una mesa a partir de maletas antiguas.

El arte, los viajes, la chimenea, las sombrereras, o los almohadones dicen mucho de las personas que habitan este hogar imaginario, en el que prima el sentido práctico, con unas sencillas mesitas junto a la cama.

Un espacio que da cobijo, cálido y del que nos cuesta salir.

 

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