Le dijeron por teléfono que secuestraron al hijo: el engaño le costó 400 mil pesos

Para desgracia de muchos jubilados, la modalidad delictiva que consiste en sorprenderlos en su buena fe mediante estrategias bien estudiadas, para despojarlos de dinero o joyas, mantiene la vigencia intacta.

Quien la padeció en la noche del último sábado fue un hombre de 79 años, vecino del barrio Monasterio, a quien tras una larga comunicación telefónica a su departamento en un monoblock de 80 entre 10 y 11, terminaron haciéndole entregar una considerable suma en pesos y dólares.

Así lo denunció ayer ante EL DIA el hijo del damnificado, el abogado Miguel Angel Eduardo Puentes (51), a quien justamente los falsos secuestradores aseguraron tener cautivo y pidieron un rescate para liberarlo con vida.

Una vez que descubrió la verdad, el hombre estafado, Miguel Angel Aníbal Puentes, se dirigió con su hijo a la comisaría Octava para radicar la denuncia, dijo este último.

Intervienen además la UFI Nº 15 y el Juzgado de Garantías Nº 3 de La Plata.

Por lo pronto, los responsables de engañar al jubilado y de haberle quitado mediante su ardid alrededor de 400.000 pesos, permanecen prófugos.

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GRITOS Y UNA SÚPLICA

El hijo del jubilado relató ayer en detalle cómo fue la estrategia que usaron los farsantes para quedarse “con todos los ahorros que tenía mi papá”.

Según el abogado Puentes, “primero lo llamaron a su teléfono de línea a las 21.30 (del sábado) y mientras un tipo con voz que aparentaba ser de alguien de mediana edad le decía que tenían secuestrado a su hijo, por mí, se escuchaban de fondo gritos y a un hombre que gritaba `papá, pagá que me van a matar`. Y enseguida le reclamaron a mi padre 300.000 dólares como rescate”.

Atónito y desesperado por la inesperada circunstancia, el jubilado les expresó con miedo que no tenía chance alguna de juntar semejante suma.

“Les ofreció, en cambio, darles 150.000 pesos y unos 500 dólares. Al final, le aceptaron que entregara esa plata en la esquina de 10 y 80”, cosa que su padre hizo, reveló el profesional.

Previamente a depositar el dinero en plena vía pública, el damnificado recibió la advertencia de que no cortara la comunicación para que “les avisara” una vez que volvía de dejar el dinero.

Y el jubilado cumplió al pie de la letra lo exigido por el delincuente que lo llamó. Pero enorme fue su desconcierto cuando, al informarle que ya había dejado dichas sumas, le ordenaron que les consiguiera más plata.

“Al final papá consiguió otros 1.300 dólares y, como se lo demandaron, los puso en una bolsa de nailon que depositó debajo del cordón de la vereda en 12 y 80”, puntualizó el hijo de la víctima.

“NO LLAMES A TU HIJO”

Una vez que este vecino de barrio Monasterio confirmó al embaucador que había cumplido con la segunda entrega de dinero, recibió como respuesta: “Bueno, ahora quedate tranquilo y no lo llames a tu hijo”, el único que tiene el jubilado.

“Ahí papá sospechó que lo habrían engañado y nos mandó mensajes de texto a mí, a mi mujer y a mi hijo de 15 años, que fue el que le respondió”, indicó luego el abogado.

El hombre no ocultó su fastidio por la actuación policial. Es que él reside en la localidad de General Rodríguez, de modo que mientras se trasladaba hacia La Plata se contactó con el 911 para pedirles que enviaran un patrullero a la casa de su padre. “Yo llegué primero y el móvil nunca apareció”, lamentó.

Su inquietud radicaba en dos cuestiones: “Saber cómo se encontraba mi padre” y la sospecha de que los delincuentes pudieran estar esperándolo, con la certeza de que él viajaría apenas supiera lo que había pasado.

Según reveló el profesional, después de radicar la denuncia llamó nuevamente al servicio de emergencias 911 para quejarse por la falta de respuesta, pero le “dieron una explicación tan absurda, que me obligó a decirles que no siguieran adelante, porque iban a complicar más la situación”, recordó.

Luego reveló qué fue lo que le dijo su padre cuando él le preguntó por qué había entregado todos sus ahorros: “Me dijo que lo hizo para asegurarse de que yo estuviera bien, porque quedó sugestionado por dos asaltos violentos que sufrí hace un tiempo en mi casa en La Plata y que fue lo que me impulsó a mudarme a la localidad de General Rodríguez”, reflejó.

“YA PEDÍ ALGUNAS MEDIDAS“

Por otra parte, el abogado Puentes informó que a raíz del episodio delictivo del que fue blanco su padre, ya solicitó que se arbitren algunas medidas destinadas a tratar de individualizar a los responsables para su posterior detención.

En tal sentido, especificó que “ya me contacté con la empresa que presta el servicio por el teléfono de línea de papá para que me indiquen desde qué número se realizó la llamada de los falsos secuestradores y el lugar del que provino. Quiero saber si se hizo desde una cueva delincuencial o de alguna cárcel”, que es de donde se realizan buena parte de los secuestros virtuales.

Confía también en que las cámaras de seguridad municipales que funcionan en 10 y 80 y en 12 y 80 hayan registrado los movimientos de la banda. “Voy a seguir de cerca todo”, prometió Puentes.