Medidas y decisiones aún sin impacto para frenar al dólar

El dólar blue continuó con su raid alcista la última semana, arrastrando al resto de las cotizaciones, el MEP (dólar bolsa) y CCL (dólar cable para transferir al exterior), ampliando la brecha a 118 por ciento. No alcanzaron a revertir la tendencia los cálculos técnicos que indican ese valor está sobrevalorado, que no hay atraso cambiario, que el salto se debe a la ausencia de oferta en ese mercado, la ilegalidad de esas operaciones y otros comentarios oficiales. Sin techo, a un valor de “pánico”, la cotización refleja el escenario económico negro que imagina un amplio sector social, las expectativas de una devaluación y la indiferencia a las medidas o anuncios de Gobierno para calmar las aguas.

La decisión del presidente Alberto Fernández a través de trascendidos oficiosos que le dieron gran importancia, de ampliar los poderes del ministro Martín Guzmán, laudando a favor del catedrático la interna con el titular del Banco Central, Miguel Pesce, y el resto del equipo económico, dándole la “última palabra”, no tuvieron ningún impacto. El bautismo del ministro en el Coloquio de IDEA en cambio, originó un inusual episodio al anunciar “un cambio de dirección” en lo realizado hasta ahora en el mercado del dólar CCL (contado con liquidación). El mensaje se completa con la información surgida en Economía que asegura “se haría todo lo contrario a lo que se venía haciendo hasta ahora”. Resulta extraño o raro y quizás no ayude demasiado, que un Gobierno pretenda fortalecer la gestión de Guzmán, reconociendo que no fue útil lo que se hizo hasta ese momento.

Algo similar ocurrió con el Presidente si pretendió calmar el mal humor económico, al afirmar en el Coloquio de IDEA –el evento empresario más significativa del año- que no devaluaría y tampoco tocaría los depósitos bancarios en dólares. Para medir sus palabras con una comparación sencilla, sería algo similar a si fuera a una reunión de juristas y anunciara que no violaría la Constitución. En la actual crisis, si la intención oficial es calmar los mercados y los negocios, el antídoto es despejar las incertidumbres y no hablar de promesas o intenciones. El mensaje político del Presidente, de concurrir al Coloquio de IDEA al contrario de lo que hicieron Cristina y Néstor Kirchner en el pasado, naufragó al no llevar ninguna propuesta concreta, hoja de ruta o como guste denominar Alberto F., sobre que ocurrirá con el gasto público, los impuestos, la emisión monetaria y otros datos básicos, que permitan eludir una devaluación, alta inflación y recuperar la economía y el empleo. El nivel en IDEA tampoco deslumbró, sin diferenciarse demasiado del contexto de chatura general.

La exposición de Kristalina Georgieva, la titular del Fondo Monetario Internacional, dejó más al desnudo la crisis de la Argentina. Hizo mención a la profunda recesión y a los desafíos “muy dramáticos” que debe enfrentar, a las “condiciones sociales que están empeorando” y “el divorcio” entre los tipos de cambio oficial y los otros que se “están expandiendo”. Para no dejar lugar a dudas, Georgieva pidió “una agenda económica creíble” para acomodar las distorsiones macro económicas. Según los habituales voceros oficiosos del Gobierno, la sinceridad de la funcionaria del FMI no cayó muy bien. Aunque hoy, la única opción que tiene a mano Alberto F. y su ministro Guzmán, es el Fondo Monetario. La única apuesta oficial está allí. El mensaje que bajo desde Washington DC, donde tiene sede el organismo mundial, es también claro: darle orden y credibilidad al programa económico es responsabilidad del gobierno actual. Quizás, tras la experiencia con Mauricio Macri en el 2018, el FMI no quiere ser identificado como el responsable de más devaluaciones o fracasos económicos.

Como se indicó más arriba, el ministro Guzmán anunció en IDEA sus intenciones revisionistas, primero liberando el mercado de CCL, eliminando el “parking” y otras restricciones, pero la movida oficial continuó con el envío de un proyecto de ley que establece exenciones impositivas a las operaciones en peso y continuaría con otras medidas que facilitarían la compra venta de dólar MEP a través de los bancos, e inclusive se menciona la idea de dar marcha atrás con el impuesto a las Ganancias que grava con el 35% a las compras del dólar ahorro. El menú de acciones políticas que también son mencionadas para sacar al dólar de los titulares de los medios, se completaría con otra ley del aborto que llegaría en los próximos días al Congreso. Mirando hacia atrás, algunos analistas políticos recuerdan una acción similar de Macri que terminó ocupando la totalidad de la agenda, quedando relegados los otros temas. De cualquier modo, la agenda económica difícilmente pueda ser disimulada.

Los últimos anuncios del ministro Guzmán siguen sin mover el amperímetro del mercado y si bien la decisión de no devaluar está tomada por el Gobierno, las expectativas se mantienen de igual manera que la pérdida de reservas del Banco Central. Pueda ser que no haya un salto en la cotización del dólar oficial, pero con el actual escenario la brecha cambiaria no cedería. Aunque pueda parecer reiterativo, la historia nos muestra que no existen planes económicos o ministros que mágicamente solucionen una crisis como la actual. Es necesario, por supuesto, las mejores herramientas de política económica, pero como requisito indispensable un acuerdo político amplio con continuidad en el tiempo y que los presidentes no consuman la mitad de sus energías en cargar las tintas sobre su antecesor, haciendo responsable al pasado los fallos del presente.

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