Furia: la acusaron de abandonar animales, y Adabel estalló

Un caniche despertó la ira de sus seguidores que le recriminaron por sus perros “desaparecidos” y ella les frenó el carro, indignada

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Adabel Guerrero descargó su furia contra la gente que la acusó de abandonar a sus perros. “No me rompan las pelotas, no maltrato animales”, manifestó la bailarina, indignada, en su cuenta de Instagram.

La cuestión fue así: de un día para el otro, la rubia mostró en sus redes que le había regalado a su pequeña hija Lola un caniche. Pero sus seguidores, a los que difícilmente se le escapan estos detalles, rápidamente empezaron a cuestionar qué había pasado con los anteriores perros, a los que “hizo desaparecer” cuando nació la nena y que nunca más regresaron al hogar.

Así, Guerrero contó que tuvo que regalarlos a otra familia porque no eran “acordes” a una nena tan chiquita. La explicación no convenció a los seguidores quienes la empezaron a insultar por considerar que había abandonado a sus mascotas y ella se enfureció.

“Saben que estoy realmente harta, ¡pero harta! Harta de la gente que interpreta todo como el orto. Me tienen re podrida esas personas que interpretan todo como el ojete. ¡Qué gente de mierda!”, manifestó la vedette.

“¡Tienen la cabeza podrida! Me refiero a la historia que hice el otro día, explicando que a mis perritos se los había dado a una amiga para que me los cuide y después de un año de que me los cuidó me dio lástima sacárselos porque la hija se había encariñado ¡y me tratan de que los abandoné! Eso no es abandono. Me los cuidó una familia con la que yo viví en mi infancia. Es como mi familia. Florencia es como una hermana para mí. Cuando mi vieja se murió me fui a vivir un tiempo a la casa de ellos. Sé a quién le estoy dando los que eran para mí mis hijas, mis perras”, agregó Adabel, enardecida.

Según dijo, “la chiguagua, que ya tiene 8 años, no era una perra acorde para una criatura, que le agarraba las patas, la tironeaba. Yo tuve que tomar una decisión dolorosa, para que me estén criticando ahora, de que abandoné a mis perros. Me pareció una decisión ideal porque Flor se llevó a las dos, duermen en la cama de la nena, de 12 años, los sacan a pasear”.

Y cerró: “¡Me tienen harta! Yo no maltrato a los animales, los tengo como si fueran mis hijos. Al caniche lo trajimos recién ahora porque Lola tiene dos años y medio, no es la bebé de seis meses que le tiraba las patas al chiguagua. Averigüen, porque yo averigüé. No me sigan. Trato de tener paz en mi vida. No me hinchen las pelotas. De verdad, se los digo”.

 

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