El flagelo de las entraderas sumó dos casos extremos, con una violación

Dos episodios delictivos de extremo salvajismo, ocurridos en las últimas horas, reflejan la difícil situación de inseguridad que se vive en la periferia y afecta, sobre todo, a los sectores del oeste y norte de la Región. Entre Ángel Etcheverry y Arturo Seguí (cabría sumar a Los Hornos en esta ecuación), en las zonas quinteras, la oleada de entraderas en las que las armas de fuego son el principal protagonista suceden desde hace tiempo. Aunque en los últimos meses se tornaron cada vez más recurrentes.

A mediados de septiembre, en un área comprendida entre las calles 208 a 216 y 498 a 509, denunciaron que hay ataques de noche y con las familias en sus hogares. Después de conformar una asamblea vecinal, elevaron un pedido a las autoridades en el que solicitaban más patrullajes y cámaras.

El martes por la tarde, un grupo de vecinos de Villa Elisa, Arturo Seguí y El Rincón se juntaron frente a la comisaría decimosegunda para presentar un escrito en el que detallaban la difícil realidad que afrontan. También lo llevaron a la Delegación Municipal. “Vemos móviles, pero no es suficiente porque no agarran a los chorros. Vivimos con miedo”, le contaron los presentes a EL DIA, mientras relataban los diversos robos de los que fueron víctimas. Lo ocurrido ayer les dio la razón.

ASALTO, ABUSO Y GOLPES

En una quinta de El Peligro, una pareja descansaba en la cama de su finca y otra mujer hacía lo propio en una habitación contigua. Transcurría la madrugada, una hora incierta donde el sueño tapaba cualquier sonido exterior.

El predio está situado en una zona rural, en inmediaciones de la calle 413. No es de fácil acceso. Sin embargo, eso no impidió a cuatro delincuentes cometer un aberrante asalto que fue caratulado por las autoridades -en una causa que tramita la UFI N° 3, a cargo del fiscal Marcelo Martini- como “”robo calificado y abuso sexual”.

Conforme le manifestaron los damnificados a la Policía, los ladrones ingresaron sin ser descubiertos y despertaron a todos los moradores de la vivienda. Tras reducirlos con gritos y armas en mano, revisaron la propiedad en busca de dinero. Tenían el dato de que encontrarían una suma fuerte, pero tuvieron que contentarse con siete mil pesos. Entonces decidieron huir y probar suerte en una casa lindera. Pero antes de abandonar el lugar, uno de los ladrones tomó a la mujer más joven, de 25 años, y se la llevó con él. La encerró en un baño del terreno y la violó.

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Luego, se reunió con sus tres compinches y atracaron el otro objetivo, donde viven un hombre con su hijo. Escaparon a pie, con ocho mil pesos y dejando tras de sí una huella imborrable en las víctimas.

En tanto, a 22 kilómetros de allí y con el rostro cubierto de sangre por una profunda herida en la cabeza, José (67) le explicó a sus hijas lo que había acontecido minutos antes en su casa de 477 y Belgrano. Hasta ayer a la noche, el hombre seguía en el hospital: “le dieron varios puntos y también debieron realizarle una tomografía”, sostuvo un allegado.

El atraco tuvo lugar por la mañana, cuando el propietario del inmueble fue hasta el garage para sacar el auto. Afuera, sin que él llegase a notarlo, aguardaban semiocultos los asaltantes. Vio a dos sujetos, pero sospecha que uno más los esperaba afuera. Ambos iban armados y lo abordaron enseguida y con brutalidad, para cortar de raíz cualquier actitud de rebelión.

En la zona de quintas actuaron 4 ladrones, que atacaron en 2 viviendas

“Lo esperaron, hubo mucha inteligencia previa porque sabían sus movimientos y por dónde atacar”, apuntó el familiar. A la fuerza lo introdujeron en el interior del domicilio y le pidieron “la plata”. Durante unas dos horas, según revelaron las fuentes consultadas, lo amenazaron y amedrentaron. En ese lapso juntaron un cuantioso botín que incluyó televisores, un celular, electrodomésticos, una tablet, entre otras cosas. En definitiva, expresó el pariente, “se llevaron todo lo que se pueden llevar de una casa, hasta el auto”.

En efecto, antes de dejar la escena le quitaron las llaves del Volkswagen Gol y escaparon a bordo del mismo, en dirección desconocida. Entonces José llamó al 911 y luego a sus familiares, que acudieron en minutos. Una ambulancia del SAME lo asistió y luego lo derivó al sanatorio. Los pesquisas analizaban las cámaras de seguridad, privadas y del COM, para dar con los autores del hecho. En la causa (”robo y lesiones’’) interviene la UFI N° 3.

ESCRUCHE EN VILLA ELISA

La funesta jornada concluyó con un escruche en un inmueble de 10 y 56, en Villa Elisa. Los investigadores presumen que los malvivientes tenían analizados los dueños de casa, ya que entraron apenas se habían marchado. Rompieron una ventana y la recorrieron hasta hallar lo que buscaban: unos 50 mil pesos. Fugaron sin dejar rastros y tampoco fueron vistos por los vecinos, se informó.